Finalizó ayer el juicio por el homicidio de Nayara Ibarbia Contín, donde el jurado popular condenó por voto unánime a prisión perpetua al entonces novio de la joven, Gustavo Villarreal.
El hombre fue acusado de homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género, ya que la noche del 26 de abril de 2017 en Monte Maíz, él chocó en forma intencional el auto que manejaba contra un camión estacionado.
Producto del fuerte impacto, Villarreal resultó con una pierna fracturada y Nayara con pérdida de masa encefálica, por lo que estuvo en coma una semana hasta que, finalmente, falleció el 7 de mayo.
La víctima nunca salió del coma, por lo que no pudo declarar ni expresar nada respecto a lo ocurrido. Asimismo, Villarreal mantuvo su versión hasta el final del juicio de que se había tratado meramente de un accidente.
Sin embargo, las pericias y testigos demostraron que el hombre tuvo la intención deliberada de chocar el automóvil.
Por lo que el día de ayer, luego de seis años, la muerte de Nayara Ibarbia encontró explicación y tuvo un cierre judicial en la Cámara de Crimen de Bell Ville.
La familia de la joven había indicado desde un primer momento que el hecho no había sido un accidente y que, el ahora condenado, la había amenazado reiteradas veces, luego de que Nayara le hubiese planteado terminar la relación.