Efectivos de la Policía y de Bomberos de San Luis vallaron este jueves la zona de acceso a Valle de Piedra, en la ciudad de Potrero de los Funes, donde un hombre de 25 años y con esquizofrenia dijo que supuestamente estranguló y enterró a Guadalupe Lucero, la niña desaparecida el 14 de junio de 2021 en el Barrio 544 Viviendas de la capital puntana.
El procedimiento arrancó pasada la medianoche y finalizó alrededor de las 3:15 de este jueves. En tanto, esta persona, identificada como Sergio Andrea Ponce, se presentó en una comisaría de la capital puntana y aseguró haber matado a Guadalupe Lucero.
«No se hizo ningún rastrillaje, ni excavación, solo se ordenó resguardar con la anuencia del fiscal federal el perímetro de la zona. Se trazaron tres perímetros, uno en la calle Paraíso, en la subida; otro en la calle subsiguiente donde termina el asfalto; y otro que hizo Gendarmería en la localidad de Estancia Grande», explicó la fiscal Virginia Palacios en una conferencia de prensa ofrecida en la capital provincial.
La fiscal contó que supo que «un joven se presentó y se autoincriminó por la muerte de Guadalupe Lucero» cuando recibió ayer una comunicación del personal policial de la comisaría segunda.
«No puedo brindar detalles, pero me parece importante informar que tanto el Dr. (Emanuel) Sastre (también fiscal) como yo, al recibir la noticia, inmediatamente fuimos a la comisaria para tener una aproximación de la entidad de los que no estaban informando, e inmediatamente nos pusimos en contacto con el Dr Rachid», explicó, y agregó que, en la dependencia policial, tomaron «medidas preliminares».
«No quiero ser antipática, no me quiero anticipar; sé que hay superposición de una jurisdicción sobre otra. Nos hemos manejado con mucho respeto, incluso cuando la causa estaba en la provincia, en una transición, tuvimos comunicación para respetar el accionar de cada uno», agregó sobre el episodio ocurrido en las últimas horas. También afirmó que «fue una investigación muy fuerte, se analizaron y se investigaron muchísimas líneas».
«Obvio que uno puede tener falencias, pero hicimos hasta lo imposible», completó la fiscal Virginia Palacios.
«Una de líneas investigativas era la posibilidad de que fuera un arrebato de una persona, una persona pedófila que hubiera terminado en un abuso sexual y muerte; para ello se hizo una recorrida casa por casa en busca de personas con alguna patología, se las contactó, se las entrevistó», añadió.
«Entraba información, por ejemplo, que en la localidad bonaerense de Guernica aparecía algún dato, teníamos que mandar a la policía y cuando llegaban estaba toda la policía bonaerense porque antes entro por una UFI, cada llamado que ingreso al 911 se analizó, cada hipótesis se analizó», concluyó.
Autoincriminación
En primera instancia, el hombre dijo que la mató, la quemó y que las cenizas las había tirado por el inodoro del baño de su casa, al tiempo que se puso a llorar en forma desconsolada.
Sin embargo, una vez que se calmó, aseguró que fue al Barrio 544 Viviendas, tras tomarse un colectivo, vio a una nena, la drogó con Escopolamina (droga conocida como «Burundanga»), la agarró de la mano, se la llevó hasta la parada del colectivo y volvió a tomar una unidad de idéntico medio de transporte.
Posteriormente, se dirigió a la zona céntrica, abordó otro micro en dirección a la zona de Juana Koslay y se bajó con la pequeña en Potrero de los Funes. Desde allí, siempre según su confesión, la llevó hasta el Valle de Piedra, donde la estrangula y la entierra.
Los policías, ante esa confesión, fueron hasta la casa de Ponce y allí hablaron con la madre, quien reveló que su hijo es esquizofrénico y que está bajo tratamiento, por lo que aportó un certificado.
En tanto, los fiscales Emanuel Sastre y Virginia Palacios se presentaron en la seccional para entrevistarlo.
Allegados al joven, indicaron que padece una fuerte crisis de su enfermedad psiquiátrica y que no es la primera vez que se autoincrimina en hechos policiales que no son ciertos.