En la madrugada de este jueves, alrededor de las 6 de la mañana, se registró una explosión de gran magnitud en las instalaciones de la fábrica de fulminantes Imaz, ubicada en la ciudad de Miramar de Ansenuza. Esta fábrica es propiedad del intendente de la ciudad, Adrián Walker, y su familia.
De acuerdo a los primeros informes proporcionados por fuentes policiales a la emisora de radio Universidad, la explosión se produjo en una de las áreas de secado de pólvora, situada en la parte exterior del edificio, y lamentablemente resultó en el fallecimiento de una persona.
La víctima de la explosión era un empleado de 42 años de la compañía, que se encontraba trabajando en el inmueble situado en la calle General Paz al número 700. La Fiscalía de Instrucción fue notificada y ordenó en ese entonces la inmediata intervención de la policía judicial.
Según lo relató el periodista local Jorge Villavicencio en radio Universidad, se escuchó una explosión potente alrededor de las seis de la mañana, proveniente de la zona de almacenamiento de la empresa.
Además, confirmó que el propietario de la empresa es el intendente de la ciudad, Adrián Walker, quien hasta el momento dejó por sentado declaraciones ni se ha referido a lo sucedido.
Las fuerzas de policía especializada ya han establecido un perímetro de seguridad en la propiedad afectada, en espera del inicio de las investigaciones correspondientes.
En lo que respecta a la investigación judicial para esclarecer lo sucedido, está a cargo de la fiscal Silvana Quaglia de Morteros.
Los fulminantes para armas de fuego son dispositivos compuestos por un componente de voladura consistente en una cápsula cilíndrica de aluminio sellada en uno de sus extremos, que contiene un material explosivo primario altamente sensible a la chispa de la mecha de seguridad y otro material explosivo secundario de alto poder.
La cápsula fulminante se compone de un yunque, una copela y pasta iniciadora o fulminante, y su función es iniciar la ignición de la pólvora o carga de proyección. Todos los cartuchos se fabrican con la composición de pistón más eficaz. Estos elementos tienen la tarea de iniciar la ignición del proyectil, funcionando como una especie de «bomba en miniatura» que utiliza una mezcla química altamente explosiva, generando una deflagración al ser impactada.