Una familia cordobesa fue víctima de un secuestro virtual en medio de la madrugada. Los delincuentes llamaron a la casa de los padres de un joven de 29 años y les hicieron creer que lo tenían secuestrado.
A las 2.30 de la mañana, en una vivienda de barrio Paso de los Andes, sonó el teléfono fijo y una mujer mayor de edad atendió el llamado. Débora y su esposo escucharon la voz de los estafadores y la que parecía ser la de su hijo. “Me decía: ‘Reventaron la puerta, me pusieron una bolsa en la cabeza y no sé dónde estoy’”, contó Débora, quien estaba convencida de que era la voz de su hijo.
El llamado sorpresa a una hora inesperada hizo entrar en shock a la pareja. Una vez que esto ocurrió, les fue fácil a los malvivientes hacerles seguir una serie de directivas para que pensaran que estaban siendo vigilados. Tuvieron que mantenerse prendidos a los teléfonos sin poder moverse en un espacio limitado de la casa.
“Intenté comunicarme con mi hijo para corroborar si era verdad que estaba secuestrado. Ellos sabían que había prendido el teléfono, no sé cómo. Me contestaron que por haberlo prendido le iban a cortar los dedos a mi hijo”, relató Débora. Y agregó: “No podía entender lo que estaba pasando, les pedía que me permitieran hablar con él, pero no lo hicieron”.
Luego, los sospechosos les pidieron dinero y joyas. Débora juntó US$ 2.200, $ 200.000, anillos de oro, y otras joyas, y fue al lugar indicado por los delincuentes, sobre calle Batalla de Cepeda, para la entrega. Ellos le ordenaban a Débora, a través del celular, los pasos a seguir. Una vez que dejó el botín, regresó a su casa y se encerró, tal como le indicaron, pero le seguían pidiendo dinero. “Tenían un dato equivocado. No teníamos el dinero que exigían”, explicó.
Cuando terminó la pesadilla, la persona que hablaba en el fijo con el esposo de Débora, le dijo que era un profesional “en esto” y que era retirado de la Policía. Nunca estuvieron con su hijo. El joven nunca estuvo secuestrado. Sin embargo, Débora y su esposo no tenían duda de que la voz que escuchaban era la de él.
No es la primera vez que esto ocurre. La modalidad repite el llamado a la madrugada, a un teléfono fijo donde se presume que atenderá una persona mayor. Luego, se informa sobre el secuestro falso, se hace entrar en shock a la víctima y seguir instrucciones para el rescate.
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