Estoy sentado entre decenas de sillas vacías en una sucursal bancaria esperando para realizar uno de esos poquísimos trámites que aún son presenciales. Una empleada del banco, ejecutiva de cuentas del área individuos, atiende a una chica y en el medio de la conversación le surge una duda. Levanta el tubo del teléfono fijo y marca el número de un interno para consultar a una compañera sobre cómo resolver la consulta de la clienta.
El diálogo transcurre dentro de lo esperable, la ejecutiva que está allí en el salón le explica a su compañera que la clienta cuenta con unos $ 2,7 millones en su cuenta y que por lo tanto podría realizar el trámite que está solicitando (y sí, en un banco vacío se escucha todo). En ese punto la persona que está del otro lado de la línea le plantea a la ejecutiva un interrogante sobre cómo resolver otra gestión interna. La respuesta fue:
— Ah sí, después te explico cómo lo resolvió Gabriel con ChatGPT.
Esta breve escena urbana representa cabalmente uno de los fenómenos tecnológicos que marcaron el año que se va: la inteligencia artificial generativa, concretamente ChatGPT, ya es tan popular como Google y en gran medida lo ha reemplazado en el día a día de los usuarios.
Si 2023 fue el año de la sorpresa por la novedad que representaba la IA generativa y 2024 fue el de la exploración de sus alcances y posibles beneficios, 2025 fue el de la incorporación definitiva en nuestros flujos de trabajo y estudio. Representa la confirmación de que este camino es irreversible.
En materia de electrónica de consumo, este año estuvo marcado por la diversificación de marcas y modelos de teléfonos celulares en el mercado argentino. El ingreso de marcas provenientes de China elevó el nivel de competencia en un mercado que está lejos de sus mejores épocas, en las cuales se comercializaban más de 10 millones de unidades anuales.
El período 2025 cerrará con un nivel de ventas de unos 6,5 millones de celulares, según estimaciones de la propia industria, con el predominio que aún se mantiene de las dos marcas localmente más “antiguas”: Samsung y Motorola, que sumadas superan el 80% de participación.
