Más de 400.000 personas se encontraban encerradas ayer en condiciones críticas en Mariupol, sitiada por las fuerzas de Rusia, tras el fracaso del alto el fuego acordado por Kiev y Moscú para crear corredores humanitarios en medio de la guerra en Ucrania; mientras el presidente Vladimir Putin ratificó su determinación a profundizar su embestida hasta lograr sus objetivos.
“Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalistas o extender el ‘cese el fuego’, las operaciones ofensivas se han reanudado desde las 18 hora de Moscú”, informó el sábado el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, quien aseguró que “ni un solo civil pudo salir de Mariupol ni de Volnovaja por los corredores de seguridad anunciados. La población de esas ciudades está retenida como escudos humanos por los grupos nacionalistas”. “Los nacionalistas ucranianos tienen como rehenes a más de 6.000 extranjeros”, agregó luego Putin, quien justificó la invasión a Ucrania en el objetivo de evitar que se convierta en una “potencia nuclear”.
Ayer mismo fracasó un segundo intento de evacuar a civiles de Mariupol a causa de los continuos bombardeos rusos, según el gobierno ucraniano. “No puede haber corredores seguros porque la mente enferma de los rusos decide empezar a disparar”, denunció el asesor del Ministerio del Interior, Anton Gerashchenko. Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, llamó a hacer un alto el fuego en Ucrania para garantizar una salida segura de los civiles. “Es absolutamente necesario lograr una pausa en los combates para permitir a la población civil abandonar de manera segura Mariupol, Jarkov y Sumi, así como otros lugares en conflicto, además de garantizar suministros humanitarios vitales para los que se quedan”, escribió Guterres en Twitter.
Lo cierto es que las fuerzas rusas redoblaron su ofensiva en las últimas horas, no sólo contra Mariupol –cuyo control le permitirá tener continuidad territorial entre sus fuerzas llegadas de Crimea y las de los territorios separatistas prorrusos del Donbas, en el este-, sino también contra Kiev, en el corazón de Ucrania, y sus alrededores. “La ciudad de Mariupol ha dejado de existir” lamentó su alcalde Vadym Boichenko, quien advirtió que están sin agua, sin gas y sin alimentos en medio de un invierno feroz.
“Su objetivo es asfixiar a la ciudad y colocarla bajo un estrés insoportable”, denunció. Efectivamente, pese a que Moscú habla de “ataques quirúrgicos”, los bombardeos en Járkov, Kiev, Mariupol, Chernihiv, Sumi, Irpin y Kramatorsk, entre muchas otras ciudades, sugiere que la estrategia de Putin busca atemorizar a la población para forzar al Gobierno a claudicar, acelerar el éxodo y encontrar menos resistencia a la ocupación. El propio presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió ayer que las tropas rusas se preparan para bombardear Odesa -principal puerto de Ucrania en el mar Negro-, algo que consideró como “un crimen histórico”, a la vez que volvió a llamar a la ciudadanía a tomar las armas para “luchar en las calles y pasar a la ofensiva”.
Las fuerzas rusas atacan otra planta nuclear en Járkov
Las autoridades de la provincia ucraniana de Járkov denunciaron ayer el impacto de proyectiles lanzados por las fuerzas rusas sobre el Centro Nacional de Investigación del Instituto de Física y Tecnología de la ciudad, donde se encuentra un reactor nuclear experimental. “El Ejército ruso ha disparado con una lanzadera de cohetes sobre el instituto”, informó la filial local de los servicios secretos ucranianos (SBU).
En el lugar hay 37 pilas de combustible nuclear, por lo que se podría provocar “una catástrofe ecológica a gran escala”, alertó el SBU, que abrió una investigación penal por el delito de “ecocidio”.
La ofensiva sobreviene luego del estupor que causó en toda Europa la noticia del ataque ruso a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, que el viernes ardió presuntamente bajo la artillería rusa, en un incendio que paralizó al mundo ante el temor de una nueva catástrofe atómica.
Más de 1.500.000 de personas ya huyeron de Ucrania
Más de 1.500.000 de personas huyeron de Ucrania a países vecinos en diez días de invasión rusa, en la crisis de refugiados más veloz desde la Segunda Guerra Mundial.
El jefe del organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) reveló que la mayoría de los refugiados fue a Polonia, que ayer mismo informó haber recibido más de un millón, tras un nuevo récord de 129.000 en 24 horas.
“Más de 1.500.000 de refugiados de Ucrania han cruzado a los países vecinos en diez días”, informó Filippo Grandi, quien explicó que “esta es la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra”.
Por su parte, medios europeos como los alemanes ARD y ZDF, la italiana RAI, la francesa Radio France o la agencia EFE suspendieron su cobertura desde Rusia ante la flamante ley local que amenaza con hasta 15 años de cárcel la difusión de “informaciones falsas sobre el Ejército”.