Tras semanas de asedio ruso a la ciudad de Mariupol, desde Moscú le dieron un ultimátum a Kiev para que se rinda de manera oficial, luego de que Ucrania admitiera que perdió el control “temporalmente” sobre del estratégico mar de Azov. En tanto, informaron bombardeos en al menos ocho ciudades y blancos militares al este ucraniano, dos de ellos perpetrados con un misil hipersónico.
Mariupol, era controlada por el gobierno ucraniano pese a su ubicación al este de ese país, cercana a la zona rebelde del Donbás y con un puerto que da directo al mar de Azov -el cual conecta al sur con Crimea-. Por ello, el reconocimiento formal de su caída marca un avance territorial clave para Rusia en el marco de la invasión.
Por un lado porque deja a Ucrania con el mar interno de Azov bajo control del Kremlin y, además, porque garantiza la conexión entre el Donbás, territorio mayoritariamente rusoparlante, y la península de Crimea anexionada en 2014. Desde Ucrania admitieron el sábado que habían perdido “temporalmente” el acceso al mar de Azov, a pesar de que Rusia controla de facto toda la costa desde principios de marzo.
Para lograr este despliegue, las fuerzas rusas han atacado y sitiado a Mariupol casi desde el principio de la guerra, dejando a sus habitantes sin los insumos básicos y bombardeando incluso a refugios de civiles. Incluso ayer, las autoridades locales denunciaron que un ataque ruso destruyó una escuela donde había 400 personas refugiadas, algo que llevo a que el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, calificara ayer de “terrorismo” a lo que hace Rusia en Mariupol.
Según un asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, Vadim Denisenko, los ataques a esta ciudad también tienen en la mira a Azovstal, una gran fábrica de acero en las afueras de la urbe. “Una de las acerías más grandes de Europa se está arruinando de facto”, lamentó Denisenko.
Por su parte, desde Moscú exigieron anoche, a través de un “ultimátum”, que las autoridades que responden a Kiev entreguen la ciudad a las fuerzas rusas antes de las 5:00 locales de hoy para “salvar a los habitantes y la infraestructura” de la disputada ciudad. Al cierre de esta edición, Ucrania no había dejado trascender ninguna respuesta.
Previamente, las autoridades ucranianas señalaron que otras siete ciudades más el este ucraniano fueron víctimas de los disparos rusos. Entre ellas, Jarkov, donde cuatro civiles adultos y un niño de nueve años, murieron a causa de un bombardeo ruso. También en Kreminna, en Lugansk, acusaron a Moscú de haber bombardeado un hogar de adultos mayores dejando 56 muertos.
Además, denunciaron que Rusia disparó fin de semana dos misiles hipersónicos Kinjal contra objetivos militares ucranianos desde la península de Crimea. Los Kinjal, son capaces de viajar 2.000 kilómetros, con una velocidad diez veces la del sonido, desafiando la defensa antiaérea. Uno de estos misiles bastó para destruir un depósito subterráneo de armas ucraniano en el este de ese país.