Las principales ciudades del país apagaron las luces de monumentos, paseos públicos y plazas para adherir a «La Hora del Planeta» la iniciativa de concientización ambiental más importante del mundo para exigir un futuro «más seguro, más justo y más sostenible».
En la Ciudad de Buenos Aires el Obelisco quedó iluminado con tenues luces diversos colores, mientras que otros lugares emblemáticos como el Puente de la Mujer, en el barrio de Puerto Madero, o el Parque Thays en Palermo, permanecían casi a oscuras.
Además, más de 14 marcas comerciales adhirieron al evento ambiental y apagaron las luces led de sus carteles publicitarios en la vía pública.
La iniciativa a la que adhirieron más de 190 países se realizó entre las 20.30 y las 21.30, hora Argentina, por lo que en diferentes lugares del mundo se cumplió la iniciativa de acuerdo a los husos horarios de cada país. En las redes sociales la iniciativa fue promocionada con el hashtag #Changeforclimatechange.
La Organización Mundial de Conservación (WWF por sus siglas en inglés) que organiza este evento mundial, destacó que «este año, la Hora del Planeta tendrá lugar en un momento muy difícil debido al conflicto en Ucrania y la crisis humanitaria que está provocando. Nuestros corazones y pensamientos están con todas las personas afectadas»
«La Hora del Planeta se creó precisamente para unir al mundo y apoyar a las personas y el planeta. Para lograr paz y armonía entre los seres humanos y la naturaleza. La Hora del Planeta ofrece este año otro momento para la solidaridad y la oportunidad de unirnos y cuidar el hogar que todos compartimos», añadieron.
Asimismo, sostuvieron que esta nueva edición llega en un contexto en el que numerosos gobiernos y organizaciones piden «una mayor ambición y una acción urgente para detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030», en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas.
La Hora del Planeta nació en Australia en 2007 como «un gesto simbólico» para llamar la atención sobre el problema del cambio climático y se convirtió desde entonces en «uno de los movimientos ambientales más grandes del mundo», al que se suman más de 200 países.