Un tercer atentado en 24 horas sacudió ayer Transnistria, una región separatista prorrusa reconocida como parte de Moldavia por la comunidad internacional, ante acusaciones cruzadas entre el Kremlin y Kiev de querer desestabilizar la situación en la zona fronteriza con Ucrania y el temor de que se extienda el conflicto bélico a otros países.
Varias explosiones se registraron el pasado lunes en la sede del Ministerio de Seguridad Pública y ayer por la mañana ocurrió lo mismo en una torre de transmisión radial de Tiraspol, capital de la autoproclamada república.
Ucrania acusó a Moscú de estar detrás de los ataques: “Rusia quiere desestabilizar la región, lo que sugiere que Moldavia debería prepararse a recibir ‘invitados’”, declaró en Twitter el consejero de la presidencia ucraniana Mijailo Podoliak, refiriéndose a la amenaza que se extienda allí la invasión a su país iniciada el 24 de febrero.
La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, también reaccionó al convocar al Consejo de Seguridad Nacional para seguir de cerca la situación, de acuerdo a lo informado por la agencia de noticias AFP, mientras que el autoproclamado presidente de Transnistria, Vadim Krasnoselski, llamó a una reunión de su gabinete de seguridad que se centró en “ataques terroristas contra infraestructuras e instituciones de la república”.
Transnistria se separó del territorio moldavo tras una breve guerra civil en 1992, en la que contó con la ayuda rusa, y provocada tras el desmembramiento de la Unión Soviética, de la cual tanto Moldavia como Ucrania formaban parte. Se había autoproclamado como república el 29 de octubre de 1990 y cuenta con un 12% del territorio moldavo y un 23% de la producción industrial, más el estratégico control de vías de transporte y gasoductos.
Moldavia, por su parte, no dejó de reclamar todos estos años la integración de ambas zonas separadas por el río Dniester y acusa a Moscú de promover la independencia de esa franja, a la que considera con un estatus especial. La guerra en Ucrania revivió toda esta disputa y mientras Transnistria defiende su vínculo estrecho con Moscú, Moldavia mantiene una política proccidental de la mano de la presidenta Sandu.
Paralelamente a este nuevo ataque, el presidente ruso, Vladimir Putin, le dijo ayer al secretario general de la ONU, António Guterres, quien realiza una visita a Moscú, que aún confía en la posibilidad de una solución diplomática al conflicto en Ucrania “a pesar de que la operación militar rusa se está desarrollando” y que “no rechazan” negociar. Según Putin, las negociaciones descarrilaron debido a las acusaciones de que Rusia era responsable por la matanza registrada en la localidad de Bucha, cerca de Kiev.