Las fuerzas ucranianas luchaban ayer para contener un lento avance de las tropas en el sur y el este de su país, donde se encuentra la región del Donbass, objetivo principal del Kremlin en su invasión militar. Jarkov (noreste), la segunda ciudad más importante de Ucrania, sufrió este sábado múltiples bombardeos, aunque el presidente ucraniano Volodimir Zelenski aseguró que las fuerzas de su país han logrado “éxitos tácticos” en la región.
Ucrania mantiene el control de Jarkov, pero la ciudad ha sido bombardeada reiteradamente por las fuerzas de Moscú y sufre ataques diarios. A la vez, el día anterior, Rusia golpeó a la capital ucraniana de Kiev con al menos dos misiles lanzados mientras el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se encontraba en la ciudad reuniéndose con funcionarios ucranianos.
Los ataques mataron al menos a una persona e hirieron a varias más, según la ONU, ya que uno de los misiles golpeó un edificio residencial en el distrito Shevchenkivskyi de Kiev. Zelenski afirmó a su vez que Rusia lanzó cinco misiles contra Kiev durante el ataque, en un discurso donde aseguró que el ataque “dice mucho sobre la verdadera actitud de Rusia hacia las instituciones globales” y “sus esfuerzos para humillar a la ONU”.