Sebastián Battaglia fue despedido anoche por Boca Juniors tras la eliminación sufrida el martes por penales ante Corinthians, de Brasil, por los octavos de final de la Copa Libertadores, y a ese revés futbolístico se le sumaron algunas declaraciones posteriores consideradas desafortunadas por la directiva «xeneize» como las razones centrales de esa medida.
Boca hizo oficial la salida del director técnico santafesino de 41 años a través de su cuenta de Twitter, certificando así una decisión que tomó el vicepresidente y titular del Consejo de Fútbol, Juan Román Riquelme.
Es que Battaglia tensó aún más su difícil relación con Riquelme al reclamar anoche por la falta de refuerzos y le pidió disculpas a los jugadores por haber dicho que él trata «de hacer lo mejor con el plantel que tiene», después de la eliminación de la Libertadores.
Boca sufrió las bajas de Cristian Pavón y Eduardo Salvio, que emigraron en condición de libres a Atlético Mineiro, de Brasil y Tigres, de México, respectivamente, y no contrató por ahora a ningún jugador en un mercado de pases complicado por la situación económica del país y el calendario acotado por el Mundial de Qatar.
En el mundo Boca ya se sabía que aunque se negara desde ambos lados, que la relación entre el jugador con más títulos en la historia de Boca (17) y el ídolo más emblemático de los últimos 40 años del club pasaba por su peor momento.
«He tenido la posibilidad de pedir jugadores para lugares de la cancha que teníamos que mejorar en cuanto a recambio, pero no fue así y uno trata de hacer lo mejor con el plantel que tiene. Hay situaciones que uno plantea y deberían resolverse en el tiempo adecuado. Y no solo eso, sino que se fueron jugadores que eran importantes, pero son situaciones que no manejo yo», dijo el director técnico anoche en conferencia de prensa.
A pesar de que esas afirmaciones fueron en línea directa para Riquelme y el Consejo de Fútbol, molestó también a los referentes del plantel que se vieron «tocados» por los dichos de su entrenador.
Del lado de Riquelme y la gente que maneja el fútbol en el club, sus palabras causaron sorpresa y malestar. «Creo que dolieron más que la eliminación», le comentó a Télam un allegado al Consejo de Fútbol.
«Estas cosas no se dicen para los medios a minutos de una eliminación tan fuerte. Eso es para lo privado», dijo la misma fuente.
Riquelme, que se quedó reunido en la Bombonera hasta altas horas de la madrugada, siguió preocupado hoy por las manifestaciones de Battaglia y por la noche cerró su decisión de dar por terminado un ciclo que se inició el 16 de agosto del año pasado y en menos de un año cosechó una Copa Argentina y una Copa de la Liga Profesional.
Los cuestionamientos de última hora no pasaron solamente por haber hecho un cambio anoche faltando 10 minutos, cuando además, en vez de no incluir al juvenil Luis Vázquez y poner a un volante como Juan Ramírez por Exequiel Zeballos cuando se jugaban «la vida» a un centro salvador, sino que consideraron como un error aun más grande las inoportunas declaraciones posteriores sin ninguna autocrítica lógica
«Los jugadores son inteligentes, saben en el club que están y como tienen que responder. Este era un objetivo importante, lo sabemos, pero quedan dos torneos por delante en los que se tienen que competir al máximo», añadió.
Sabiendo que su futuro dependía de ellos, esta tarde, cuando empezó la práctica en el predio de Ezeiza el técnico le pidió disculpas al plantel por si malinterpretaron sus palabras de anoche y les aclaró una vez más que este ciclo tenía cinco meses de vida hasta diciembre, cuando vencía su contrato. No sabía que el tiempo eran solo cinco horas.
«No expuse a mis jugadores y estoy orgulloso, como lo dije anoche. Quedo como un mal educado si no respondo y como un periodista me preguntó (en la rueda de prensa) sobre este tema de los refuerzos, yo le respondí», dijo Battaglia a las señales de cable TyC Sports y ESPN.
«Se está instalando algo como que el plantel tomó mal mis declaraciones y no es así. Yo dije que me sentí representado por ellos y por lo que hizo el equipo anoche. Lamentablemente nos quedamos afuera porque no la pudimos meter y el fútbol es así», analizó.
Y luego habló de la ejecución por parte de Darío Benedetto en la serie de penales (ya había errado uno durante el encuentro).
«Benedetto nos pidió patear el quinto penal, porque inicialmente lo teníamos como tercero, y creímos que estaba bien. Nos dijo que estaba para patear, y commo tiene experiencia y vivió muchas situaciones límites, lo vimos bien», remarcó.
Boca tiene nueve puntos en el campeonato local, a cinco de los punteros Gimnasia y Esgrima La Plata y Newell’s Old Boys, y el sábado desde las 15.30 visitará a San Lorenzo por la séptima fecha de la Liga Profesional, con el arbitraje de Fernando Espinoza. Para entonces, tal como acontecerá con la práctica de mañana, el plantel quedará a cargo de los entrenadores de la reserva, Hugo Ibarra y Leandro Gracián.
Y justamente en la reserva está jugando (en realidad hace 20 días que no lo hace por una lesión en el tobillo derecho) el joven volante Agustín Almendra, separado justamente por Battaglia del plantel superior luego de un entredicho en el que el futbolista lo acusó de que desde el Consejo de Fútbol le «armaban el equipo».
Almendra podría ahora, sin Battaglia, retornar al plantel profesional, algo que aprobaría el Consejo de Fútbol, pese a las duras y también desafortunadas críticas que le hiciera públicamente su «compañero» Darío Benedetto.
Y como era lógico de suponer también, apenas concretado el despido de Battaglia, que significó la segunda salida de un entrenador desde que se hizo cargo esta Comisión Directiva encabezada por Jorge Ameal en diciembre de 2019 después de la mencionada de Miguel Russo, también saltó a la mesa el primer nombre para suplantarlo: Ricardo Gareca.
En lo inmediato el «Tigre», de 64 años, tiene un par de obstáculos a resolver para volver al club: está negociando su continuidad como director técnico del seleccionado de Perú y su salida de Boca no se produjo en buenos términos luego de que junto a su amigo Oscar Ruggeri pasaran directamente a River Plate en 1984 por un controvertido tema económico, algo que nunca les perdonaron los hinchas «xeneizes». Pero esa historia recién comienza.