Luego del hecho ocurrido, la noticia se difundió rápidamente y, con reiteradas placas difundidas y pedidos de devolución finalmente apareció la silla de ruedas.
Candelaria, quien sufrió de este hurto y pasó por momentos de angustia, pudo tener nuevamente con ella su medio de movilidad y lo dio a conocer en Intagram. «Me llamaron por teléfono para devolverme la silla de ruedas. La persona que se la llevó en el día de ayer manifestó que la vio tirada y por eso paro y la cagó en su auto. Luego, al ver la movida por todos lados se dio cuenta que la silla tenía dueña y que la necesitaba, asi que se comuicó conmigo para devolvermela», escribió Candelaria.
El robo ocurrió alrededor de las 10:30. La mujer dejó su auto para asistir a una ferretería, ubicada sobre Arturo Orgaz 190 en barrio Alberdi, y al regresar a los pocos minutos encontró el baúl abierto. Cuando fue a ver ya no tenía la silla de ruedas, hecha a medida, ni la rueda de auxilio.
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Que le hayan robado su medio de movilidad, conlleva un golpe económico además de un daño en su salud. En diálogo con el medio El Doce expresó: “El problema que le ocasionan a una persona con discapacidad en sacarle un elemento de apoyo que usas todos los días para hacer una ‘vida normal’ es muy grande”.
En una pizca de fortuna para Candelaria, las cámaras de seguridad de la zona registraron el episodio. El sospechoso llegó caminando y fue directo a su vehículo. Rompió la cerradura de la puerta del conductor y luego abrió el baúl. Tras esas maniobras, sacó la silla de ruedas y la dejó sobre la calle. Después sustrajo la rueda de auxilio y se la llevó a pie, como si nada.
Posteriormente, el hombre regresó en un utilitario Citroën XR, se bajó y buscó la silla de ruedas con total impunidad y se fugó.
¿Cómo era la silla?
La víctima ahora pidió la solidaridad de la gente para poder recuperar su medio de movilidad. Señaló que se trata de una silla marca Ottobock de origen alemán. Es de aluminio y tiene las ruedas desmontables. Esta última es “muy liviana y hecha a su medida”, señaló Candelaria.
La mujer Insiste por último, en que a nadie le sirve este artefacto más que a ella.