En pocos países de América del Sur se nota tanto la influencia permanente de los EEUU sobre su vida política como en el Paraguay. De acuerdo con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinden, el vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez, de 54 años, fue influido en la Lista Engel del Departamento de Estado “por su participación en actos de corrupción significativos, incluido el soborno de un funcionario público y la interferencia en procesos públicos”. Esta lista fue aprobada en 2020 y tiene como finalidad sancionar a políticos involucrados en actos de corrupción o “ataques a la democracia”. Ante esta situación, Velázquez decidió anunciar de manera inmediata su renuncia al cargo y su retiro de la política: “La decisión de dar un paso al costado es para no afectar al entorno del presidente de la República ni al Partido Colorado”. El ya ex vicepresidente, que sonaba en las internas de los colorados para disputar la presidencia, también afirmó que “me voy a retirar de la política. Era la última etapa de mi carrera”. Velázquez, junto con sus colaboradores, fue sancionado por Washington por supuestos actos de corrupción y vínculos con distintos grupos extremistas como el Hezzbollah, algo que el político negó de manera tajante.
Las elecciones presidenciales se llevarán adelante el 30 de abril de 2023, pero las primarias del Partido Colorado se celebrarán el próximo 18 de diciembre, Velázquez partía como el favorito dentro de la facción que apoya el presidente Mario Abdo Benítez.
Dentro de los colorados, quien ahora se encuentra con mayores posibilidades de hacerse con la candidatura es el empresario Santiago Peña, delfín político del ex mandatario Horacio Cartes, quien, a su vez, también fue sancionado por el Departamento de Estado hace algunas semanas por “corrupción significativa” y “obstrucción de una importante investigación internacional sobre el crimen trasnacional”. Las sanciones contra Velázquez llegan hasta Juan Carlos Duarte, un funcionario de su confianza que asesoraba en lo jurídico a la central hidroeléctrica binacional Yaciretá, en la frontera entre Paraguay y Argentina sobre el río Paraná. Según Blinken, Duarte “ofreció un soborno a un funcionario público para obstruir una investigación que amenazaba al vicepresidente y sus intereses financieros”, por lo que “abusó y explotó su poderosa y privilegiada posición pública dentro de la Entidad Binacional Yacyretá, poniendo en riesgo la confianza en uno de los activos económicos vitales de Paraguay”. La principal acusación de la Casa Blanca contra Velázquez es que, a través de Duarte, ofreció un millón de dólares para obstruir una investigación por lavado de dinero, por ello, también, se le prohibió su ingreso a los EEUU. Al momento de conocerse la noticia, el hasta entonces vicepresidente se encaminaba hacia un acto de campaña. Un sorprendido Velázquez atinó a decir en la radio que se sentía “muy cercano a los EEUU, por eso la sorpresa, no sé de qué se trata”.
Ya algunas semanas previas al anuncio de Blinken y del embajador norteamericano en Paraguay, Velázquez había sido acusado de ser “el principal lavador de dinero en la Triple Frontera”. Lo cierto es que, en 2015, había viajado al Líbano, donde se había encontrado con dirigentes de Hezbollah; con el líder espiritual Sayid Ali Hijazi, ademas de con miembros del Parlamento libanés. En 2016 se publicó una foto en la que se veía a Velázquez con varias personas en un yate, durante un viaje por Líbano. Entre quienes aparecían en la imagen se encontraban el mismo Duarte, un diputado paraguayo, y Walid Amina Sweid, acusado de ser uno de los supuestos financistas detrás de Hezbollah actuando en la Triple Frontera. Las denuncias respecto de los supuestos vínculos que unen a Velázquez con sectores ligados al narcotráfico y al crimen organizado en la Triple Frontera no son nuevos. Sin embargo, la noticia del anuncio del embajador y del Departamento de Estado norteamericano sacudieron la escena política paraguaya y dejaron a la vista de todos la fuerte influencia que mantiene Washington sobre la vida pública del país.
Un dato que habla de los posicionamientos internacionales de Asunción es que Paraguay es el único país de América del Sur, y uno de los pocos de toda América Latina, que aún reconocen a Taiwan, y que, por lo tanto, no mantiene relaciones diplomáticas con la República Popular China. Esto impide al Mercosur celebrar un tratado de libre comercio con Beijing. En un contexto internacional donde las tensiones entre los EEUU y China se acrecientan, esto no va a cambiar en el corto plazo. Por lo pronto, Abdo intenta llevar calma a sus bases políticas, la Fuerza Republicana del Partido Colorado, asegurando que en las próximas semanas se decidirá un nuevo candidato para competir en las internas de diciembre. La caída en desgracia de Velázquez complica sus planes para mantenerse en el poder dentro de las distintas líneas internas.
Se esperan días agitados para la política paraguaya, que seguramente, tendrán también su impacto en el resto de sus socios del Mercosur.