Las tomas en las escuelas de la Ciudad en reclamo de viandas, infraestructura edilicia y por prácticas en empresas, se multiplicaron ayer mientras organismos de defensa de los derechos de los niños y adolescentes pidieron el inicio de un canal de diálogo y el cese del hostigamiento a los estudiantes y sus familias, aunque la ministra Soledad Acuña dijo que alumnos que participen de las tomas pueden perder la regularidad.
De acuerdo al Ministerio Público de la Defensa (MPD), llegaban a 21 los colegios tomados, mientras que las familias comenzaron a organizarse a través de diferentes organismos y abogados para responder a las advertencias de denuncias penales y contravencionales que les llegan a sus domicilios a través de la Policía de la Ciudad.
«Esta no es la primera vez que hay tomas en escuelas porteñas, pero no hay antecedentes de una respuesta tan hostil de parte de las autoridades; no tiene sentido que se haya hablado de denuncias penales cuando no hay ninguna posibilidad de darles un encuadramiento penal a las tomas», dijo Marcela Millán.
La funcionaria destacó que los padres se han ido acercando al MPD a la medida que recibían las notificaciones; aunque «no tenemos todavía una aproximación de la cantidad de familias notificadas entendemos que vamos a estar hablando de una cantidad muy importante de acuerdo a las dimensiones del operativo montado por el Gobierno de la Ciudad a través de la Policía de la Ciudad»,
Millán también dijo que «tampoco se justifica haber puesto efectivos policiales en la entrada de los establecimientos educativos a tomar lista de quienes ingresan, y mandar a la policía a las casas de las familias a labrar las notificaciones», lo que consideró «un acto violento que nunca había pasado antes».
La funcionaria, abogada especialista en Mediación y en Derecho Penal, explicó que las familias notificadas tienen 72 horas para presentarse ante la fiscalía.
«En las actas se los acusa por infracción al artículo 60 del Código Contravencional que forma parte del capítulo destinado a custodiar la libertad personal -continuó–, pero eso es muy confuso porque habla del derecho de admisión en establecimientos de acceso público y en las escuelas están los estudiantes, sus familias y directivos, con lo que no se termina de entender cómo se configuraría una contravención», indicó.
El secretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación, Gabriel Lerner, dijo que el conflicto sucede «porque no se habilitan mecanismos institucionales de diálogo permanente, de participación en los chicos y las chicas al menos como de forma consultiva en la conducción de las escuelas».
Lerner recordó que en 2018 estudiantes secundarios realizaron «ocupaciones pacíficas y actividades de protesta» en colegios porteños y las autoridades también realizaron denuncias a las familias «en la justicia penal y contravencional de la Ciudad, diciendo que eran autores junto con sus hijos de una contravención y de los perjuicios económicos».
«En aquel momento yo no era funcionario, no era secretario ni tenia ninguna función pública», declaró a la prensa, pero como abogado especialista en derechos humanos y del niño las familias le pidieron que asuma la defensa técnica de los acusados.
«Allí señalamos que la imputación o la acusación parecía considerar a los adolescentes como objeto». planteó
Por su parte, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, en declaraciones esta noche al canal La Nacion+, destacó que en actualidad rige un régimen de convivencia que monitorea el presentismo en las aulas
Y explicó que para ser alumno regular hay que tener el 85% del presentismo por bimestre. Depende de la cantidad de días del bimestre, es la cantidad de faltas que se pueden tener.
«En este bimestre, son 7 u 8 días los que se pueden faltar. Si alguno de estos chicos que está tomando las escuelas tienen faltas injustificadas en estos días, por que los días de las tomas son faltas injustificadas, se le van a acumular faltas y van a perder la regularidad».
Esta pérdida de regularidad no implicaría que el alumno deje de ir a la escuela sino que tendría que recuperar los contenidos que perdió por las inasistencias, puntualizó la ministra.
Por otra parte, Marcelo, padre de una alumna que asiste a la Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas N°2 «Mariano Acosta», la primera que inició una toma el pasado viernes, dijo a Télam que «esta persecución a los alumnos y padres se está viviendo como una normalidad y eso me parece una locura. No es normal perseguir al que piensa distinto».
El reclamo comenzó el viernes pasado cuando los estudiantes del colegio Mariano Acosta decidieron tomar la escuela y, a las pocas horas, sufrieron un corte de energía eléctrica.
Las tomas se multiplicaron durante los últimos tres días y ayer llegan a 21, incluyendo aquellas en que los estudiantes deciden pernoctar en el establecimiento.
Los estudiantes reclaman por la falta de viandas y la mala calidad de los alimentos que reciben, fallas edilicias y contra la imposición obligatoria de realizar prácticas en empresas.
Sobre este punto, el asesor tutelar de Cámara, Gustavo Moreno, dijo que el gobierno porteño «se aparta la ley», que en su artículo segundo establece que esas prácticas no son obligatorias sino optativas y que los chicos deben estar acompañados por un adulto responsable.
Por su parte, la defensora de los Niños y Adolescentes de la nación, Marisa Graham, reclamó el cese del hostigamiento y amedrentamiento del gobierno porteño hacia los estudiantes y sus familias y pidió informes al Ministerio de Educación sobre los canales de diálogo que está implementando para que los estudiantes puedan ser escuchados.
Estudiantes tomaron Colegio Nacional Buenos Aires «en solidaridad» con protestas
«Luego de multitudinarias asambleas, el Colegio Nacional de Buenos Aires se encuentra tomado por esta noche en apoyo y solidaridad de los colegios de la CABA, que sufren desidia y persecución política luego de las medidas votadas por los estudiantes» dijo Victoria Liascovich, presidenta del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires (CENBA).
Además del Nacional Buenos Aires, los estudiantes de la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini, también dependiente de la UBA, decidieron ayer una toma del establecimiento hasta mañana por iguales motivos.