El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ordenó ayer poner las fuerzas armadas de su país “en estado de máxima alerta”, en una nueva escalada de la tensión en la frontera con su ex provincia Kosovo, según indicó el ministro de Defensa, Milos Vucevic.
Vucic había enviado ayer al jefe del Ejército, general Milan Mojsiolvic, a la ciudad étnicamente dividida de Mitrovica, en el norte de Kosovo, donde pobladores serbios habían levantado barricadas. Tras ello, Vucevic declaró que Kosovo se estaba preparando para atacar a los serbios y retirar por la fuerza las barricadas. Sin embargo, el titular de Defensa serbio declaró luego que “no hay motivos para que cunda el pánico, pero sí para estar preocupados”.
Las tensiones en la frontera entre Serbia y su ex provincia meridional Kosovo, poblada mayoritariamente por originarios albaneses, escalaron desde el 10 del corriente mes. Entonces, centenares de serbios iniciaron bloqueos en el norte de Kosovo en protesta por el arresto de un ex policía serbio, lo que paralizó la circulación hacia dos puestos fronterizos. Cabe mencionar que alrededor de 50.000 serbios viven en la parte norte de Kosovo y se niegan a reconocer al gobierno de Pristina o al Estado kosovar. En ese sentido, consideran a Belgrado su capital y cuentan con el apoyo de Serbia, país del que Kosovo declaró su independencia en 2008.
“Kosovo no puede dialogar con bandas criminales y debe restablecerse la libertad de circulación. No debe haber barricadas en ninguna carretera”, dijo el gobierno kosovar en un comunicado el lunes. Además, añadió que la policía tiene capacidad y disposición para actuar, pero está esperando a que la fuerza de mantenimiento de la paz KFOR Kosovo de la OTAN, que mantiene un papel neutral, responda a su petición de retirar las barricadas. “Instamos a todas las partes a que contribuyan a garantizar la seguridad y la libertad de circulación en Kosovo, y a que impidan que los discursos engañosos afecten al proceso de diálogo”, declaró la KFOR en un comunicado.
En tanto, a inicios de noviembre, centenares de policías serbios integrados a la policía kosovar, así como jueces, fiscales y otros funcionarios renunciaron en protesta por la decisión del gobierno de Pristina, ahora suspendida, de prohibir a los serbios radicados en Kosovo utilizar matrículas de vehículos emitidas en Serbia.