Más de 65.000 fieles despidieron ayer al papa emérito Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro, en el primero de los tres días de la capilla ardiente en la que se expondrá el cuerpo de Joseph Ratzinger antes del funeral que encabezará el jueves el papa Francisco.
Las máximas autoridades políticas de Italia, el presidente Sergio Mattarella y la premier, Giorgia Meloni, abrieron la larga procesión de fieles que buscaba dar el último adiós al pontífice emérito fallecido el sábado a los 95 años.
Vestido con ropas blancas de Papa y con una casulla roja, el color del luto papal, el cuerpo de Benedicto XVI es expuesto con un rosario entre sus manos, entrecruzadas a la altura del vientre.
El cuerpo, con dos guardias suizos a sus costados, está expuesto sin el palio, la estola de lana blanca característica del Papa, y sin el denominado Anillo del Pescador, dos símbolos de los pontífices en actividad y no eméritos.
A las 14 horas de Roma, la Gendarmería vaticana estimó que unas 40.000 personas ya se habían despedido del Papa emérito. A las 19, hora de cierre de la Basílica, el Vaticano informó que fueron 65.000 las personas que se habían llegado a la Santa Sede.