El presidente Mauricio Macri participó ayer en Salta de una misa celebrada en el cierre de la tradicional Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro. El mandatario nacional viajó a la capital provincial para asistir a la ceremonia religiosa, que comenzó pasadas las 10, lo que generó una discusión entre diferentes sectores de la iglesia católica salteña. En la previa del encuentro, el presbítero Raúl Méndez había considerado que la visita de Macri era “inoportuna” y “una provocación” por las “circunstancias” en las que está la Argentina. “Lo más razonable es que suspenda semejante previsión y nos deje tranquilos. Más bien que se ocupe de resolver los graves problemas en que embarcó al país”, había manifestado Méndez. Por el contrario, el arzobispo Mario Cargnello defendió el viaje del Presidente al asegurar que se “atrevió a invitarlo” porque lo “honra” su presencia.
Sin embargo, durante el cierre de la celebración que se hizo en la víspera en el atrio de la céntrica Catedral Basílica, de cara a una multitud, monseñor Carganello le dijo al primer mandatario que “los pobres no son una molestia, son una oportunidad”. El jefe de Estado estaba ubicado en primera fila, junto a la primera dama, Juliana Awada. Seguidamente, el arzobispo salteño advirtió que lo que iba a decir era no solo para Macri, sino para todos los otros candidatos nacionales y provinciales presentes, entre los que se encontraban el gobernador Juan Manuel Urtubey, postulante a vicepresidente; el vicegobernador Miguel Isa y el intendente Gustavo Sáenz, ambos postulantes a la gobernación.
Carganello citó la promesa de Macri de terminar con la pobreza: “Usted dijo que iba a luchar por la pobreza cero. ¿Qué puede decir Salta de la pobreza?, le da rostro a la pobreza”. Al respecto, utilizó el ejemplo de los peregrinos de La Puna que trabajan en las minas y que caminan durante una semana más de 200 kilómetros para llegar a la Catedral. “Son gente humilde que trabaja en condiciones de inclemencias climáticas para darle riqueza a la República”, los definió el prelado.
“Los pobres no son una molestia, son una oportunidad, son maestros”, agregó el sacerdote, que luego retomó el ejemplo de los mineros: bajan desde La Puna en peregrinación “el dueño de la mina, el gerente y el último minero, todos juntos, y provocan una nueva sociedad en Salta”, dijo. “¿No es posible venir juntos caminando por la historia? ¿Por qué debe hacerse la historia desde la pelea?”, preguntó Cargnello y rescató que eso es lo que enseñan los pobres, en este caso los mineros.
“Por eso Mauricio, hablaste de la pobreza, llévate el rostro de los pobres, son dignos, son argentinos, son respetuosos y merecen nos pongamos de rodillas ante ellos”, concluyó el religioso. Apenas finalizada la misa, Macri tuvo espacio para un breve encuentro con Cargnello y emprendió viaje a Jujuy donde desarrollará hoy una actividad oficial. El jefe de Estado viajó a Salta junto al senador Esteban Bullrich, el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, y el secretario de Culto, Alfredo Abriani, que lo acompañan en la celebración.