El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y la titular del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber, inauguraron hoy el año judicial con un fuerte mensaje en defensa de la democracia y una dura condena contra los golpistas que el 8 de enero asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia.
Con «ese bárbaro asalto a los poderes de la Nación, la violencia y el odio mostraron la cara más absurda del terror», en un «episodio cultivado con sucesivas embestidas» para intentar «consolidar un proyecto autoritario», manifestó Lula en un breve discurso.
«Tenga la seguridad de que la relación entre el Ejecutivo Federal, la Suprema Corte de Justicia y el Poder Judicial se basará en el respeto institucional. Le deseo a la ministra Rosa Weber una hermosa gestión», tuiteó el mandatario tras el acto.
«El pueblo brasileño no quiere conflictos entre instituciones. No quiere agresión, intimidación o el silencio de los poderes fácticos. El pueblo brasileño quiere y necesita mucho trabajo, dedicación y esfuerzo de los tres poderes para reconstruir Brasil», agregó.
En tanto, Weber dio inicio al nuevo año judicial con la promesa de imponer «el rigor de la ley» contra quienes participaron de alguna forma en los ataques golpistas a la Explanada de los Ministerios.
«Quienes la concibieron, la practicaron, la inspiraron y quienes la financiaron rendirán cuentas con el rigor de la ley en los distintos ámbitos, solo así se reafirmará el orden constitucional», declaró Weber, según la agencia de noticias Europa Press.
Ese tramo de su discurso fue uno de los más aplaudidos hoy en el Plenario del STF, que amaneció resguardado por un fuerte cerco de seguridad y donde también asistió el titular del Senado, Rodrigo Pacheco.
Durante el acto también se proyectaron imágenes de los destrozos en la sede de la corte durante el asalto de la turba de seguidores del expresidente de ultraderecha Jair Bolsonaro.
«En este mismo pleno, totalmente reconstituido tras la invasión criminal del pasado 8 de enero por una demente turba movida por el odio y la irracionalidad, reafirmo mi profesión como jueza», subrayó Weber, antes de prometer una «defensa intransigente» de la Constitución y el Estado democrático y de derecho.
No pudieron destruir el «espíritu de la democracia», que seguirá «iluminando las mentes y los corazones» de los jueces del Supremo, destacó la presidenta de la corte, y advirtió a «los enemigos de la libertad» que «en el suelo sagrado de este tribunal, el régimen democrático permanece inquebrantable».
“Las instalaciones físicas de un Tribunal pueden incluso ser destruidas, pero sobre ellas se cierne y permanece ilesa, la institución del Poder Judicial en su alta tarea de decir y hacer efectivo el Derecho, viabilizando la vida en sociedad, realizando el valor de la Justicia», concluyó.
Ese mismo 8 de enero fueron invadidos y saqueados el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo, y el Congreso.
Unas 1.800 personas fueron detenidas por los ataques; un tercio de ellas siguen en prisión y el resto responderá a los correspondientes procesos en libertad.
Las investigaciones ahora apuntan a quienes financiaron el movimiento golpista, que se estructuró en campamentos montados frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia después de las elecciones de octubre, en las que Lula se impuso a Bolsonaro con una diferencia de 1,8 puntos.
Hasta hoy, Bolsonaro no reconoció explícitamente su derrota en las urnas y el 30 de diciembre pasado, dos días antes de la investidura de Lula, viajó a Estados Unidos, donde permanece y sin fecha concreta de vuelta.
El exmandatario figura entre las numerosas personas investigadas por la Justicia, que intenta determinar si su desconocimiento de los resultados electorales ayudó a promover el intento golpista.
Bolsonaro desde Estados Unidos dijo que no dejará la política
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro vaticinó que el nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva «no durará mucho» y dejó en claro que no abandonará la política, en su primer acto público desde que abandonó Brasil rumbo a Estados Unidos.
«Puede estar seguro de que en poco tiempo tendremos noticias. Si este gobierno sigue en la línea que ha mostrado en estos primeros 30 días, no durará mucho», advirtió Bolsonaro a sus seguidores desde el salón de baile de un restaurante situado en un centro comercial de Orlando, Florida, en un evento organizado por el grupo Yes Brazil USA, una organización conservadora de la diáspora brasileña en Estados Unidos.
Para asistir al acto, las personas pagaron una entrada de entre 10 y 50 dólares.
En el encuentro con sus seguidores, el exmandatario, de 67 años, lamentó el asalto a la sede de los tres poderes en Brasilia, pero también cuestionó que se muestre a todos los manifestantes como si fueran lo mismo.
«Lamentamos lo que hicieron algunas personas inconsecuentes el 8 de enero. Ese no es nuestro derecho. Ese no es nuestro pueblo», afirmó el exmilitar.
«(Hay) mucha gente agraviada allí. Eso no es terrorismo según nuestra legislación. Hay que individualizar a la gente, invadir, depredar, y que cada uno pague por lo que hizo», aseguró, citado por el diario brasileño Folha do Sao Paulo.
Sobre el resultado de las elecciones, esta vez eligió minuciosamente sus palabras antes de hablar de «fraude», como hizo en ocasiones anteriores.
«Nunca he sido tan popular (como) el año pasado. Mucho más alto que en 2018. Al final del día, uno se queda con un signo de interrogación en la cabeza», expresó sobre su derrota frente a Lula por un margen de 2,1 millones de votos.
El exgobernante, que ingresó a Estados Unidos el pasado 30 de diciembre con pasaporte diplomático, ya que en ese momento aún estaba en el cargo, dijo que pidió extender su permiso para quedarse más tiempo en el país.
«Llevo aquí 30 días, tengo intención de quedarme algún tiempo más. Aún no estoy seguro de cuánto tiempo. Echo mucho de menos a mi país», afirmó.
A principios de enero, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, aclaró que las personas que entran a Estados Unidos con la visa A, reservada para diplomáticos o jefes de Estado, deben dejar el país antes de los 30 días o solicitar un cambio en su situación migratoria si ya no están ejerciendo actividades oficiales.
Consultado sobre si tiene intención de presentarse a las elecciones de 2026, Bolsonaro aseguró que seguirá activo aunque no confirmó que vaya a ser candidato.
«Creo que he dejado muchos líderes en Brasil. Hay mucha gente buena que está llegando al Congreso, que fue elegida para el Ejecutivo. Tenemos por delante (las elecciones municipales de) 2024; 2024 es muy importante. No podemos abandonar la política. La política forma parte de nuestras vidas. Tengo 67 años y pretendo seguir activo en la política brasileña», anticipó.
El líder ultraderechista voló a Florida el 30 de diciembre, dos días antes del final de su mandato, y rompiendo una tradición democrática no pasó la banda presidencial a su sucesor, Lula.
Nueve días después, en Brasilia, miles de sus seguidores, disconformes con la derrota en las presidenciales de octubre, asaltaron el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF) reclamando que las fuerzas armadas concreten un golpe de Estado.
Se espera un segundo evento de Bolsonaro, esta vez en Miami, el próximo viernes.