Los teólogos y teólogas de la Asociación Juan XXIII han salido en defensa del Sínodo para la Amazonia, que comenzó ayer en Roma, convencidos de que este “será un nuevo Pentecostés para la iglesia amazónica, las iglesias locales y la iglesia universal”. En un mensaje conjunto, los teólogos y teólogas afirman estar unidos con los padres sinodales en “solidaridad y compromiso con la Tierra”, y esperan que el Sínodo de la Amazonia ponga en la práctica la encíclica “Laudato Si” del papa Francisco sobre el cuidado de la Casa Común, porque “el futuro de la humanidad y de la Tierra está vinculado al futuro de la Amazonia”.
La gran reserva natural brasileña ha sido azotada por la deforestación, los enormes incendios forestales que la devastaron en las últimas semanas, la contaminación y la destrucción extractivista, y los teólogos y teólogas piden que el Sínodo trate, además de las cuestiones eclesiales, también la manera de enfrentar estos temas con urgencia, que reclaman “una conversión ecológica integral en respuesta al clamor de la Tierra y al grito de los pobres por su liberación”.
Los expertos de la influyente Asociación Juan XXIII se unen al papa argentino en su denuncia de que “el sistema económico imperante es injusto en su raíz y mata, y que es urgente un cambio que nos lleve al cuidado de la Casa Común y a una humanidad nueva de justicia, libertad y fraternidad-sororidad, signo de la presencia del reino de Dios”. Dicho cambio pasa por abrir “nuevos caminos en la iglesia, a través de una teología ecológica y descolonizadora, así como de una aplicación intercultural del Evangelio frente al colonialismo, que sigue vivo y activo, para reconocer y valorar las espiritualidades indígena, afrodescendiente y campesina”
Entrando en uno de los temas que se presumen más polémicos de la gran reunión sinodal, los teólogos afirman que esta conversión también requiere la ordenación presbiteral de mujeres y de hombres casados, por una cuestión de justicia y para enfrentar la crisis de la creciente ausencia de sacerdotes. Y también la conversión ha de escenificarse ya, en la misma reunión romana que comenzó este domingo, con el voto para las mujeres religiosas y de otros colectivos en las deliberaciones del Sínodo “en igualdad de condiciones que los obispos y los superiores religiosos varones”, explican los integrantes de la Juan XXIII.
Los teólogos y teólogas aprovechan su mensaje para recordar la figura del obispo de los pobres Pedro Casaldáliga, “que, junto con los movimientos y las personas ecologistas, muchas de ellas mártires por la defensa de la Tierra, se ha mostrado profundamente enamorado de la Amazonia y ha defendido a las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas y sus territorios, incluso a riesgo de su vida”.
En defensa del papa frente a los rigoristas
Las teólogas y teólogos progresistas se posicionan con el papa, frente a “los ataques injuriosos y, con frecuencia, infundados”, lanzados “por parte de ciertos cardenales, obispos, clérigos y sectores eclesiales conservadores”. En un inusual comunicado, aprobado por la misma Asociación Juan XXIII momentos antes del inicio del Sínodo de la Amazonia.
El documento muestra su solidaridad con el papa Bergoglio, y lo hace, admitiendo que “se puede estar en desacuerdo con lo que él dice”; pero la situación ha llegado a un punto límite. Así, subrayan, “a Francisco se le ha tildado de hereje, de luterano, de que ha mirado para otro lado en el caso de la pederastia en Estados Unidos, de que acoge a homosexuales, lesbianas, emigrantes, personas refugiadas”, por parte de los sectores más conservadores de la jerarquía eclesial. Son ejemplos, dicen, de ese clericalismo que tanto condena Bergoglio, porque “olvida que la visibilidad y la sacramentalidad de la iglesia pertenece a todo el Pueblo de Dios, y no sólo a unos pocos elegidos e iluminados”.
Frente a los críticos “rigoristas”, la Juan XXIII “estima oportuno, adecuado y necesario el pensamiento teológico del papa Francisco sobre una iglesia de salida a las periferias, que pone en valor la acogida, la misericordia, el perdón, la pluralidad y la igualdad diferente, y no la norma, el templo como casa exclusiva de los clérigos, la condena al que piensa de modo distinto”.
Los críticos al papa actúan, apunta el manifiesto, “desde una miopía teológica y, sobre todo, de espalda al evangelio de Jesús de Nazaret, que acogía a las personas marginadas, desvalidas, a las mujeres prostituidas, a los leprosos, a los publicanos”, y no obsesionado por “si se cumplieron las normas de ir a misa todos los domingos, confesar y comulgar, no comulgar si se está divorciado, someterse a tratamiento psicológico en caso de homosexualidad, y rezar el rosario todos los días”, como promueven los sectores conservadores de la iglesia.
“Las teólogas y los teólogos Juan XXIII, estimando que la crítica dentro de la iglesia es enriquecedora, conveniente y necesaria, siempre que se haga desde posiciones de encuentro y de fraternidad, quieren resaltar su apoyo solidario al papa Francisco por sus esfuerzos en que la iglesia sea el Reino de Dios en la tierra abierta a todos los hombres y mujeres que tienen como referencia a Jesús de Nazaret, donde imperen los valores evangélicos de las bienaventuranzas y no la ley y la norma”, concluye el comunicado, que valora “muy positivamente” las tres cartas encíclicas firmadas por el papa argentino, “Evangelii Gaudium”, “Amoris Laetitia” y “Laudato Si”, así como la realización inédita en la basílica romana del Sínodo de la Amazonia que está tratando los acuciantes problemas medioambientales.
Esta reunión sinodal, además, prepara la realización de la cumbre mundial convocada por el papa Francisco para marzo del año próximo, en Asís, donde se intentará reflexionar en torno a la transformación del sistema económico internacional.