En Córdoba, una de cada cuatro personas de la población económicamente activa (PEA) se desempeña en el ámbito de la economía popular. El dato surge del “Estudio interdisciplinario de la economía popular en la Provincia de Córdoba: generación de conocimiento y herramientas de intervención orientadas al ámbito público”, realizado por investigadoras y becarias del Conicet, y de las universidades nacionales de Córdoba y de Río Cuarto.
“A la economía popular hay que entenderla siempre en el marco de las condiciones generales del mercado laboral y, en este caso, la precarización del empleo nos permite entender por qué la economía popular es una opción”, explicó la investigadora Karina Tomatis, codirectora del proyecto. Asimismo, la especialista detalló que los varones trabajadores de la economía popular de más de 46 años son los que tienen “mayor peso en relación a la PEA”, ya que son estas personas quienes “transitaron el deterioro de los mercados de trabajo desde los años ‘90 a esta parte”.
En total, del 25% que representan los trabajadores de la economía popular sobre la PEA de Córdoba, un 43% son mujeres, mientras que el 57% son hombres. En cuanto a las ocupaciones, 30% se dedican al comercio; 14% a la construcción; 10% a los servicios personales, 8% al sector industrial y ramas asociadas, y 38% a una variedad de actividades englobadas en “otras”.
Con respecto al nivel de ingresos, casi la mitad (46%) de la población de la economía popular en Córdoba se encuentra bajo la línea de pobreza. Dentro de ese conjunto, 23% (11% del total) vive en pobreza extrema. Además, un trabajador de la economía popular cuenta con un ingreso medio que representa la mitad de la remuneración que reciben en promedio quienes tienen un salario formal, aunque 23% mayores a los de quienes reciben ingresos informales.
Otro dato que destaca el informe es que, en Córdoba, sólo un 30% de los trabajadores de la economía popular viven en hogares que perciben algún tipo de ayuda social, por lo que sus ingresos se componen del fruto de sus trabajos.