El plenario de la Cámara de Diputados de Uruguay aprobó el martes por la noche la polémica reforma previsional que aumenta la edad jubilatoria y es impulsada por el presidente Luis Lacalle Pou, tras más de siete horas de intenso debate de la iniciativa que hoy regresa al Senado.
La extensa sesión, repleta de cruces entre legisladores oficialistas y opositores, se produjo mientras fuera del recinto se desarrollaba una manifestación convocada por sectores gremiales que rechazan de cuajo el proyecto de ley.
La reforma modifica la edad promedio actual para el retiro, actualmente en los 60 años, y -de aprobarse- quedará fijada en 61 años para los nacidos en 1973, aumentando en forma escalonada un año para finalizar en los 65 años para los nacidos a partir de 1977.
El proyecto avanzó en medio de un fuerte rechazo opositor, que incluyo tres marchas en los últimos meses. La última fue el martes, convocada por el Plenario Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT).
La convocatoria, que incluyó un paro general de 24 horas, señalaba que la movilización buscaba expresar el rechazo a “este ajuste fiscal encubierto llamado reforma jubilatoria, que representa el núcleo duro del proyecto de país de avance de la desigualdad”, según un comunicado de la organización.
Sergio Sommaruga, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep), afirmó que “hoy el mundo del trabajo está parando para decirle al pequeño mundo de los privilegiados que cuando se quiere poner de rodillas a quienes con su trabajo ponen en pie a este país, este pueblo se moviliza, protesta, lucha, tiene dignidad y conciencia de clase y sale a la calle a luchar”.
Ahora resta un último capítulo a nivel parlamentario: que el Senado trate las modificaciones hechas al texto. En la jornada de hoy por la tarde, en una sesión extraordinaria, los legisladores de la Cámara alta le darán el punto final a la iniciativa y cerrarán uno de los proyectos estrella del gobierno de Lacalle Pou. El Plenario del Senado se reunirá luego para recibir el proyecto y votarlo en la misma sesión. Los senadores solo tienen dos opciones, o lo votan tal cual llega de Diputados, o lo rechazan. Está previsto que, con los votos del oficialismo, el proyecto será aprobado y pasará al Poder Ejecutivo para su promulgación.