La calma volvió ayer a la Franja de Gaza y a Israel luego de la entrada en vigencia de un alto el fuego que puso fin a cinco días de hostilidades entre el Ejército israelí y grupos palestinos que dejaron al menos 35 muertos, casi todos palestinos.
La tregua fue negociada por Egipto, mediador tradicional entre Israel y los grupos armados palestinos de la vecina Franja de Gaza, y entró en vigor el sábado por la noche.
El Cogat, el organismo del Ministerio de Defensa israelí que supervisa las actividades civiles en los territorios palestinos, anunció además “la reapertura parcial y progresiva” de pasos fronterizos que permiten a los palestinos ir a Israel.
También se abrió el único punto de paso israelí para llevar mercancía hacia la Franja de Gaza. “La apertura completa” será posible tras nuevas valoraciones de la situación, añadió el Cogat en un comunicado.
Los enfrentamientos empezaron la semana pasada con ataques israelíes que mataron a seis comandantes de Yihad Islámica. También murieron combatientes de ese movimiento y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), otro grupo armado.
Yihad Islámica respondió lanzando decenas de cohetes hacia ciudades del centro y sur de Israel. En ese contexto, el papa Francisco pidió ayer que la tregua “se vuelva estable” ya que, con el conflicto, “no se obtendrá jamás la seguridad y estabilidad” en la región.