El resultado electoral del domingo muestra la diferencia que impuso Martín Llaryora, como capital político personal, frente una elección mirada como testeo nacional, dada la relevancia política de Córdoba.
Más aún que su cuantía electoral, que no es poca. Prueba de ello que los distintos capitostes de Juntos por el Cambio (JxC) apoyaron sin retaceos a Luis Juez, por sobre las diferencias entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, durísimamente enfrentados en una interna aún abierta.
El oficialismo provincial, de raigambre peronista, pero bajo el amplio paraguas del “cordobesismo”, mostró que no es suficiente con apostar a un localismo exacerbado.
Si así fuera, el sector mimado por el gobierno provincial, el campo, no le hubiera dado la espalda a la formula encabezada por Martín Llaryora. Cosa que efectivamente hizo: Hacemos Unidos por Córdoba, el frente oficialista, perdió en todas las regiones con fuerte presencia agropecuaria. Por caso, los Departamentos San Martin y Río Cuarto. Sus votantes nacionalizaron sus decisiones hacia Juntos por el Cambio, en línea con las próximas elecciones presidenciales.
La ventaja de la formula oficialista se dio por los notorios resultados favorables en los departamentos Capital, la Ciudad de Córdoba, y San Justo (su cabecera es San Francisco, el terruño de donde proviene Llaryora).
Precisamente aquellos en que a Llaryora se lo valora por su éxito como intendente, en partida doble.
Más aún: una parte de los ciudadanos puso la tilde en la Boleta Única sólo en el casillero de gobernador, eligiendo a fuerzas menores en las otras cuadriculas. Ellas obtuvieron más votos a legisladores y tribunos de cuentas que su propio candidato a gobernador.
Así, más el efecto de que los legisladores uninominales departamentales se repartieron entre las dos fuerzas mayoritarias, el futuro gobierno no contará con mayoría propia, ni en la Legislatura ni en el Tribunal de Cuentas.
Y esto no es historia. Lo que se viene es un modo de gobernabilidad de Llaryora, fuertemente dialogadora.
Otro ejemplo de cómo Córdoba es diferente al acontecer institucional del resto del país.