Seis policías comenzaron a ser juzgados ayer en Cruz del Eje, por un jurado popular, por el crimen del adolescente Joaquín Paredes (15) y las heridas provocadas a un amigo de la misma edad, durante un operativo realizado el 25 de octubre de 2020, en pleno Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Aspo), en la localidad de Paso Viejo. En el primer día del proceso, Soledad Laciar, madre de Blas Correas, acompañó a Soledad Paredes, madre de Joaquín.
Los policías imputados enfrentan distintos cargos, ya que sólo uno de ellos llegó al debate acusado de homicidio y lesiones graves, mientras que otros cuatro están imputados por lesiones graves, omisión de los deberes, disparo de arma de fuego y amenazas calificadas. Ricardo Moreno, el defensor de Maykel Mercedes López, el agente de 24 años acusado de matar a Joaquín, aclaró que su defendido reconoció “desde un primer momento” ser el autor de los disparos que asesinaron al adolescente.
Sin embargo, aseguró: “Su actuación para nada compagina con la autoría de un homicidio sino en un exceso en la legítima defensa, porque un grupo de jóvenes totalmente alcoholizados querían agredir a tres policías que estaban en una comisaría”. Tras sus dichos, la madre de Blas, dijo: “Escuchando hablar a uno de los abogados defensores daba vergüenza ajena, hablar que los policías se defendieron en un pueblito de mil habitantes, con cien tiros, realmente da vergüenza ajena, poner en duda de que hubo violencia institucional, da vergüenza ajena”.
Por su parte, la mamá de Joaquín dijo: “Por fin llegó el día. Estoy con muchos nervios porque le tuve que conocer la cara al asesino de mi hijo y a otros dos policías que no conocía. Están ahí como si nada hubiesen hecho. Me pone mal, me duele, pero no voy a caer, no voy a bajar los brazos, voy a estar más fuerte que nunca y queremos que se haga justicia por Joaquín para que él pueda descansar en paz”.
Los hechos que se juzgan ocurrieron en la madrugada del 25 de octubre de 2020, cuando, según la acusación, cinco policías dispararon 112 balazos contra un grupo de jóvenes que estaba reunido a una cuadra de la plaza principal de Paso Viejo, pueblo de 1.000 habitantes, ubicado en el departamento Cruz del Eje. Allí, Joaquín fue asesinado por la espalda mientras huía de la balacera.