El gobierno nacional finalmente arribó el viernes al ansiado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reformular el programa vigente para saldar el crédito por más de US$ 44.000 millones adquirido por la gestión de Mauricio Macri, por lo que Argentina recibirá un desembolso de US$ 7.500 millones una vez que el directorio del organismo multilateral lo apruebe formalmente.
El primero en anunciar la noticia fue el ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, quien consideró que el acuerdo le permitirá al país “recorrer la segunda parte del año con mucha más tranquilidad”. El anuncio se produjo al límite del receso del organismo internacional por vacaciones de verano -lo que habría retrasado el entendimiento para después de las Paso- y antes del millonario vencimiento de desembolsos que ocurrirá hoy y mañana.
Horas después, el Gobierno confirmó que pagará dichos vencimientos por US$ 3.400 millones con un combo de herramientas formado por reservas, recursos de otros organismos como la CAF y recursos del swap subscripto con el gobierno de China, entre otras fuentes de financiamiento. El mismo viernes a la noche, el propio Banco de Desarrollo de América Latina -antes conocido como la Corporación Andina de Fomento- había anunciado que, en una movida inédita, aprobó un crédito de US$ 1.000 millones para la Argentina, en una reunión extraordinaria de su Directorio. Considerado como un “depósito a corto plazo”, el crédito “servirá de financiamiento puente” para “apoyar” a la Argentina “a cubrir el pago del servicio de deuda que debe realizar en los próximos días al FMI”, dijo la CAF.
La movida ilustra hasta qué punto los negociadores argentinos tuvieron que maniobrar para evitar la caída den default del país y sellar el acuerdo con el FMI al límite de todos los plazos. “Massa se tomó el tiempo para desarrollar el mejor acuerdo para el país”, celebró el titular de la Dirección de Aduanas, Guillermo Michel, sin tener en cuenta la incertidumbre que generó la negociación. Lo cierto es que los mercados reaccionaron con alivio al anuncio, con subas de los bonos en torno a 3% al cierre de la jornada bursátil del viernes. Veremos qué ocurre hoy.
“Tenemos que tener claro que el hecho de que el país esté permanentemente teniendo que negociar con el FMI sus políticas, renegociar sus deudas, es producto de una decisión pésima del Gobierno anterior (…): tomaron US$ 45.000 millones para financiar la salida del ‘carry trade’ de los fondos de inversión de los Estados Unidos, algo que no fue una cosa agradable”, sostuvo a su vez Massa, metido de pleno en su campaña electoral, mientras que luego prometió que “trabajaré para sacar al FMI de la Argentina”.
Por lo pronto, en el nuevo acuerdo -que abarca las revisiones quinta y sexta del marco del programa a 30 meses- se incorporó el impacto de la sequía en el cálculo de sus metas, con una importante relajación de los objetivos de acumulación de reservas -que pasaron de US$ 8.000 millones netos a apenas US$ 1.000 millones para todo 2023-, así como también el organismo de crédito multilateral aprobó al Banco Central a intervenir en el mercado de cambios. A la vez, el entendimiento mantiene la meta de llegar a un déficit fiscal de 1,9% en 2023, lo que requerirá un endurecimiento de la postura fiscal en el segundo semestre.
Una vez finalizadas las revisiones quinta y sexta, la Argentina tendrá acceso a un desembolso de US$ 7.500 millones que se producirá en dos tandas en la segunda quincena de agosto y en noviembre, mientras que la próxima revisión (la séptima del programa) se anticipará para noviembre, cuando en el plan original estaba prevista para principios del año próximo.