LA PAZ.- La tensión social se sigue incrementando en Bolivia al calor de la política represiva del gobierno transitorio de Jeanine Áñez, que ayer intentaba simultáneamente avanzar en la convocatoria a elecciones nacionales a través del Congreso. En las calles, miles de manifestantes comenzaron a descender desde El Alto hacia La Paz, ciudades separadas por pocos kilómetros, con los féretros de cinco de los ocho muertos que dejó el martes un operativo de las fuerzas militares y policiales en inmediaciones de Senkata, una planta de distribución de combustibles.
Sin embargo, la policía ni siquiera permitió ese rito fúnebre pues comenzó a lanzar gases lacrimógenos contra la multitudinaria marcha opositora al gobierno de Áñez, generando un escenario de caos porque los manifestantes comenzaron a huir despavoridos por las calles aledañas a la céntrica plaza San Francisco, adonde habían llegado para velar a los muertos. La policía precisamente atacó la protesta cuando las personas, en su mayoría indígenas aymaras, quisieron montar los ataúdes sobre una tanqueta militar en protesta por la represión del martes. Incluso, la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), especializada en disturbios, intervino con motocicletas en la represión, pese a las miles de personas concentradas en un espacio reducido.
Algunos de los féretros con sus cuerpos quedaron abandonados en el suelo en plena calle por los manifestantes, que pedían ayuda para atender a los heridos afectados por los gases. Las imágenes no tardaron en dar vuelta al mundo a través de las redes sociales, como testimonio de la violencia del gobierno de Áñez en la represión de las manifestaciones sociales. El Gobierno niega cualquier responsabilidad en los asesinatos del martes, aunque califica a las manifestaciones como actos de “terrorismo” y la Defensoría del Pueblo confirmó que los ocho civiles fallecidos ese día recibieron impactos de proyectiles de armas de fuego, cuya autoría se investiga.
En este contexto, el Congreso buscaba ayer dar luz verde a la convocatoria a elecciones generales para intentar frenar la violenta crisis que ya lleva una cifra de 32 muertos. La bancada de legisladores de Evo Morales había dado quórum para tratar la iniciativa oficial promovida por Áñez, aunque también tenían un proyecto propio presentado por el Movimiento Al Socialismo (Mas), que cuenta con mayorías en ambas cámaras. La meta era que el Senado “apruebe este jueves” el llamado a nuevos comicios, para atender “esta demanda de elecciones en el menor tiempo posible, con un nuevo tribunal electoral con hombres y mujeres confiables”, anticipó el presidente de la comisión, el oficialista Oscar Ortiz.