Más camiones ingresaron hoy en la Franja de Gaza desde Egipto con ayuda humanitaria para los palestinos atrapados en el enclave en medio de bombardeos israelíes de respuesta a los ataques de Hamas en Israel, mientras el Ministerio de Salud gazatí afirmó que ya son 10 los hospitales que dejaron de funcionar por los bombardeos y la falta de energía, y demandó donaciones de combustible.
Seis camiones cisterna cargados con combustible entraron a Gaza a través del paso fronterizo de la sureña ciudad gazatí de Rafah, informó un funcionario, según la agencia de noticias AFP.
Los vehículos, cuyo combustible debe alimentar los generadores eléctricos de dos hospitales cruzaron desde Egipto, indicaron el organismo de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA) y una fuente egipcia.
“No entra combustible en Gaza; el combustible es realmente crítico ahora, lo necesitamos para mantener las operaciones de ayuda», dijo el director de UNRWA para Gaza, Thomas White, en la cuenta del organismo en la red social X.
Más temprano, 17 camiones con ayuda humanitaria cruzaron el paso de Rafah, el segundo convoy en dos días para el territorio palestino desde el inicio de las hostilidades entre Israel y Hamas.
En tanto, el Ministerio de Salud de Gaza informó que «el número de hospitales que dejaron de funcionar debido a los bombardeos y la escasez de combustible aumentó a 10».
Según el ente de la administración de Hamas, el número total de instituciones médicas de todo tipo que fueron objeto de bombardeos israelíes y dejaron de funcionar por el conflicto ascendía a 29.
Además, la cartera de Salud del enclave hizo «un llamado a los propietarios de las gasolineras y a todos los ciudadanos, a quienes les quede alguna cantidad de combustible diésel, a que acudan inmediatamente a los hospitales y lo donen».
También aseguró en un comunicado que la donación es «para salvar las vidas de los heridos y enfermos», según la agencia Sputnik.
Desde el 9 de este mes, Israel mantiene el enclave palestino sin provisiones básicas, si bien el lunes pasado reinició el suministro de agua para el sur de Gaza, adonde se desplazan estos días cientos de miles de civiles por miedo a una invasión que se da por inminente.
El sábado 7, el movimiento islamista palestino Hamas lanzó miles de cohetes desde la Franja de Gaza en un ataque sin precedentes y realizó una mortal incursión armada en las zonas fronterizas del sur de Israel, por lo que el primer ministro del Estado judío, Benjamín Netanyahu, declaró que el país «está en guerra».
El viernes 13, Israel ordenó la evacuación del norte de la Franja de Gaza, que afecta a más de un millón de personas, la mitad de la población de Gaza, y que según Naciones Unidas, podría acarrear consecuencias humanitarias devastadoras.
Según los últimos datos disponibles, la escalada de violencia causó más de 1.400 muertos y 5.100 heridos en Israel, y un total de 4.651 muertos y 14.245 heridos en la Franja de Gaza.
Además, 210 personas fueron secuestradas por militantes en territorio israelí, según informó el país hebreo.