Tropas israelíes rodeaban ayer Khan Yunis, la mayor ciudad del sur de la Franja de Gaza, y se enfrentaban con milicianos del grupo terrorista Hamás en sus calles y en otras partes del enclave.
El conflicto, que ha dejado miles de muertos, se ha desplazado al sur de Gaza tras feroces combates y bombardeos que han reducido a escombros gran parte del norte de la Franja y empujado a casi 2.000.000 de personas, el 80% de los gazatíes, a dejar sus hogares.
La ONU denunció ayer el “horror absoluto” en que viven los 2,3 millones de palestinos de Gaza y dijo que los combates y bombardeos de esta semana han paralizado en gran parte la distribución de ayuda humanitaria.
En paralelo, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que Israel mantendrá el control de la seguridad en Gaza por tiempo indefinido una vez que Hamás sea erradicado, algo a lo que se oponen Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional.
Por otra parte, el Ejército israelí exigió que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) tenga acceso a los rehenes israelíes y extranjeros retenidos desde el 7 de octubre en Gaza.
“Al tiempo que las fuerzas armadas amplían sus operaciones para desmantelar a Hamás en Gaza, no perdemos de vista (…) nuestra misión crítica de rescatar a los rehenes”, declaró el portavoz del Ejército israelí, general Daniel Hagari.