La cuestión LGBT+ está dando un par de giros en los últimos años en China y existen un par de hechos que dan cuenta de esto
Desde 2009 Shangai ha celebrado varias marchas del Orgullo, en las grandes ciudades como Beijing la vida nocturna se rodea de bares y boliches para público gay, las apps de citas para encontrar parejas del mismo sexo como Grindr y Blued (esta última de origen chino) gozan de gran popularidad, literatura y series de temática boys love” (romance entre hombres) circulan por la red y plataformas virtuales.
Sin embargo no todo es tan fácil, la letra chica” se vuelve importante. Las libertades que se respiran conviven con la censura y control del Partido. Entre los casos más notables esta la condena a 10 años de prisión de Tianyi, una novelista de la provincia de Anhui por publicar su exitosa obra Occupy” del género romántico- erótico gay. Lo mismo sucedió con la igualmente afamada serie Guardian” que estuvo disponible en la plataforma Youku (una versión china de Youtube) hasta su retirada luego de acumular 1,8 billones de vistas, causando gran descontento entre sus seguidores.
Otro ámbito que no escapa es el universitario. Ser investigador y escribir sobre un tema delicado” como la homosexualidad puede pasar por alto en principio si se trata de un simple paper. Ahora bien, escribir en varias ocasiones sobre el tema y dedicarse de lleno conlleva una marginalización, una ausencia estatal de financiamiento, pérdida de legitimidad y hasta discriminación en la academia.
El tema no es menos relevante si se tiene en cuenta que de acuerdo a cifras que manejan expertos, la población gay en China asciende a 30 o 40 millones y el 80% de ellos acabaran contrayendo matrimonio, lo que dio lugar al termino tongqi” que alude a las esposas de maridos homosexuales. Para apreciar aun más estos números, podríamos recordar que Argentina tiene una población de 40 millones de habitantes aproximadamente.
Un poco de historia:
mirando al pasado
Hay que decir que China no siempre fue así. Para el asombro de muchos, la época antigua de las dinastías ofrece una visión de mayor apertura y tolerancia en materia de sexualidad y existen numerosos relatos que dan cuenta de ello. Como ejemplo podemos mencionar el caso de Lung Yang, quien fue el amante de uno de los reyes del Estado de Wei, durante la dinastía Zhou.
Durante una excursión de pesca que hicieron ambos, luego de cazar varios peces, Lung yang comienza a llorar, el rey le pregunta la razón y le responde que mientras pescaba encontró un pez más grande que el resto y entonces comprendió que podía sucederle lo mismo, es decir, que el rey encontrase alguien más bello y decidiera abandonarlo. Inmediatamente, el rey le aseguró a Lung Yang que esto no sucedería y dictó una orden para que se prohíba mencionar que existe alguien más hermoso que Lung y todo aquel que infligiera esta norma sería castigado con la muerte de toda su familia.
Avanzando en el tiempo, en la dinastía Han (206 a.C – 220.d.C) diez de los once emperadores de su primer periodo tuvieron al menos un amante del mismo sexo. El hecho más peculiar sin duda ocurrió en la última de las dinastías, la dinastía Qing (1644-1912) con la aparición de un dios de los homosexuales, Tu Er Shen” o Dios Conejo, llegando incluso a tener altares y estatuas erigidas para rendirle culto y pedirle favores como la protección o tener la suerte de contraer el amor de algún hombre.
China en perspectiva
comparada: el país del
sol naciente”
¿Qué tiene para decir del tema el resto del mundo, en especial sus vecinos? Tomemos aquí el caso de Japón. En la era Tokugawa (1600-1687) ofrece registros que dan cuenta que las relaciones entre el mismo sexo eran bastante frecuentes y extendidas. Existían varios sectores donde se podía apreciar, uno de ellos era el de los samurái, donde prevalecía el amor entre hombres por encima de aquel hacia la mujer, se trataba de un ambiente homo-social, dedicado a cultivar una relación amorosa entre maestro y aprendiz.
Otro sector era el de los monjes budistas, donde maestro y discípulo mantenían una relación que perduraba hasta que el aprendiz terminaba su formación. El famoso teatro kabuki no está exento de este tema, donde hombres representaban roles femeninos sobre el escenario causando admiración descontrolada por el público varonil que se disputaba luego por obtener favores” sexuales de los actores.
En absoluto contraste, Japón mantiene actualmente un modelo que podríamos llamar conservador (desde nuestra perspectiva) a la hora de afrontar la concepción de la sociedad, la familia y el matrimonio. Así, la homosexualidad es un tabú que debe quedar en lo privado y aunque no hay legislación nacional que contemple el matrimonio entre el mismo sexo, algunas provincias legalizaron la unión civil, un pequeño avance pero sumamente limitado. De hecho, un obstáculo legal considerable es la propia Constitución Nacional, que define el matrimonio como unión libre entre varón y mujer.
¿Hacia dónde va China?
Podríamos decir que la situación actual en China se resume en una especie de homosexualidad sumergida”, esto es, una homosexualidad marginal día a día y que existe por fuera de la legislación y la aceptación del Partido. Este último es el actor crucial dada su postura firme de no aceptar la legalización del matrimonio igualitario pero al mismo tiempo posee una postura vacilante que oscila entre el rechazo y la concesión de ciertas libertades. El factor generacional- temporal” es otra pieza clave, el gobierno chino tiene sus tiempos y no cederá a presiones externas, el ingreso sucesivo de nuevas generaciones en la política abre nuevas posibilidades en el largo plazo. Por otra parte, el caso de Taiwán, que decidió aprobar este año el matrimonio gay podría servir de ejemplo a seguir para el resto de Asia y esto incluye claramente a China.