Reciente y exitosamente, se logró un hito relevante para la conservación y promoción de la fauna local al nacer un cóndor en cautiverio en el Centro de Rescate Tatú Carreta. Este hecho histórico marca la segunda vez que ocurre en el mismo sitio y en pocos años, conmoviendo por las historias detrás de los padres, cóndores rescatados tras sufrir ataques que les impidieron volar.
La peculiaridad de esta especie, donde ambos progenitores se encargan de la incubación y cría, cautivó al personal del Tatú Carreta, quienes monitorearon el proceso utilizando una «cámara trampa» para no perturbar el desarrollo natural de los animales.
María Ahumada, la veterinaria a cargo, expresó al medio Cba24 su felicidad y emoción por el evento, que transcurrió en 58 días desde que el huevo fue colocado hasta la eclosión del segundo cóndor en cautiverio en Córdoba, al que llamaron Camin en referencia a su presencia en las sierras cordobesas.
Aunque nació más débil que su predecesor, el seguimiento cercano aseguró que superara sus primeros días sin necesidad de intervención veterinaria, mientras se preservaba su entorno con una observación discreta a través de la «cámara trampa».
Los padres, rescatados tras sufrir heridas de bala, han demostrado ser una excelente pareja para la crianza, y se espera que Camin permanezca junto a ellos durante al menos siete meses antes de un plan para su futura liberación.
Este proceso incluirá su integración en una bandada de cóndores juveniles, similar al realizado con su predecesor, Yastay, quien fue trasladado a diferentes sitios en Argentina, como Sierra Pailemán en Río Negro, como parte de los esfuerzos para repoblar esta especie.
El cóndor, un símbolo emblemático en América, es crucial para la conservación y se destacan esfuerzos interinstitucionales para garantizar su bienestar. Estas aves, que pueden llegar a pesar entre 9 y 12 kilos y vivir hasta los 70 años, desempeñan un papel crucial en la naturaleza al limpiar los campos de restos de animales muertos, siendo considerados los «basureros de la naturaleza».
A pesar de que las Altas Cumbres en Córdoba son un lugar típico de esta especie, su conservación representa un desafío internacional debido a su distribución en varios puntos de América.