Estados Unidos e Irán se están involucrando cada vez más en el conflicto en Medio Oriente desatado por los ataques Hamás en Israel, pero buscando evitar una confrontación directa que sería “increíblemente destructiva”, según dijo el especialista estadounidense Ian Bremmer.
Desde que Hamás atacó a Israel el 7 de octubre, desatando una ofensiva israelí en la Franja de Gaza que dejó más de 25.000 muertos y es apoyada por Washington, milicias proiraníes han lanzado cientos de ataques a Israel o bases estadounidenses en o desde Líbano, Siria, Irak y Yemen, en apoyo a los palestinos.
Estados Unidos e Israel han respondido a esos ataques con bombardeos, generando temores a un conflicto a gran escala en todo Medio Oriente que aumentaron luego de que Washington acometiera una serie de acciones contra los rebeldes hutíes de Yemen en semanas recientes.
“Estos son ataques quirúrgicos, porque la administración de Joe Biden está siendo extremadamente cautelosa en la escalada para asegurarse de que los iraníes se mantengan al margen. Un esfuerzo más serio para degradar a los hutíes, o una campaña sostenida contra ellos, conlleva el riesgo de una respuesta iraní, dada la condición de los hutíes como aliado de Irán”, dijo el analista internacional Ian Bremmer. Además, estimó que “es poco probable” que esas respuestas de Estados Unidos “consigan disuadir a los hutíes, ya que tienen un largo historial de resistencia a los bombardeos aéreos”.