Entraron en vigencia las nuevas atribuciones delegadas a los directores de hospitales públicos provinciales a través de su publicación en el Boletín Oficial. La medida había sido anticipada por el gobernador Martín Llaryora y el ministro de Salud, Ricardo Pieckenstainer, apuntando a fortalecer la “descentralización en materia de salud”.
A partir de ahora se empodera a los directores de hospitales para que cuenten con herramientas “para solucionar en la práctica y en el quehacer diario, con rapidez y celeridad, las distintas situaciones que se presentan en estos establecimientos, y hacen a la gestión interna de los mismos”, según expresan los fundamentos de la disposición.
El anuncio de la medida se conoció porque trascendió un video en el que Llaryora les habla directamente a los directores pidiendo más exigencias y les dice que “no hay excusas” para gestionar. En lo concreto, se habilita a los directores de hospitales a aprobar estructuras orgánicas que impliquen la reestructuración y reconversión de los cargos vigentes, en iguales rangos y jerarquías.
Entre otros, podrán crear cargos, conforme a las necesidades de servicio y a las previsiones presupuestarias. Del mismo modo, tienen el poder de gestionar y disponer la vinculación de profesionales, personal técnico y auxiliares bajo la modalidad de contratación de servicios, por razones de urgencia y estrictas razones de servicio por un periodo máximo de hasta tres (3) meses, no renovables. Está disposición sólo podrá realizarse en carácter de reemplazo por bajas y en la misma categoría.
En ese marco, las atribuciones giran en torno a una responsabilidad que le delega el gobierno, la de garantizar la continuidad de los servicios de salud en los hospitales. “Los titulares de los distintos establecimientos son los responsables de tomar las medidas que correspondan para velar por la regularidad y continuidad de la prestación de los servicios de salud en la repartición a su cargo”, se expresa en el decreto.