El “supermartes”, el día más importante en las primarias de Estados Unidos, suele ser un punto de quiebre en la carrera por la Casa Blanca, ya que ningún otro día tiene tanto peso en la elección de los candidatos. En 2016, Donald Trump obtuvo un empujón hacia su candidatura presidencial, y todo indica que este año ocurrirá lo mismo. En 2020, Joe Biden logró encaminar su campaña luego de un arranque débil, y se erigió como el abanderado demócrata.
Este año, el “supermartes” se perfilaba cantado, sin grandes sorpresas, ya que se presumía iba a terminar por confirmar el duelo que Estados Unidos palpita desde hace meses: la revancha entre Biden y Trump para las elecciones generales del próximo 5 de noviembre. Los resultados oficiales ratificaron ese pronóstico, allanando el camino para una reedición de la contienda de 2020.
Trump volvió a arrasar y quedó al frente en 14 de los 15 estados que votaron el martes: Alabama, Arkansas, Carolina del Norte, Virginia, Oklahoma, Maine, Tennessee, Texas, Minnesota, Colorado, Massachusetts, Alaska, California y Utah, y apenas cedía Vermont a su única rival en pie, Nikki Haley, que luego confirmó su baja a la candidatura. Biden se impuso con holgura en los mismos estados, además de Iowa, y solo perdió en el caucus de Samoa ante un candidato local, un revés sorpresivo, aunque políticamente irrelevante.
Con esos resultados en la mano, Biden y Trump se atacaron mutuamente en sus mensajes de victoria, dando el puntapié a la disputa que culminará en las elecciones generales del próximo 5 de noviembre, que tendrán los mismos nombres de hace cuatro años.
“Vamos a recuperar nuestros país, vamos a hacerlo bien, vamos a tener la mejor economía en la historia de nuestro país, vamos a ser el centro de energía del mundo”, dijo Trump en Palm Beach, Florida.
“Los resultados de esta noche dejan al pueblo estadounidense una opción clara: ¿vamos a seguir avanzando o permitiremos que Donald Trump nos arrastre hacia atrás, hacia el caos, la división y la oscuridad que definieron su mandato?”, preguntó Biden.
Trump redondeó su mejor momento en la pelea por la presidencia. Antes de la gran cita electoral, la Corte Suprema ya le había puesto punto final a una discusión acerca de su elegibilidad como candidato, al ratificar que Trump puede competir.