Estonia es uno de los países con los que Rusia ha confrontado desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022. El año pasado, su Gobierno aprobó la prohibición de la entrada a su territorio de vehículos con matrícula rusa, sumándose así a las otras dos repúblicas bálticas, Letonia y Lituania.
A inicios de 2024, la primera ministra estonia, Kaja Kallas, anunció la inversión del 0,25% del PIB del país a la defensa de Ucrania para los próximos cuatro años. De hecho, Kallas fue protagonista por la intención del presidente ruso, Vladímir Putin, de emitir una orden de busca y captura contra ella.
En ese marco, Kallas se pronunció ayer sobre el conflicto bélico y habló sobre la posibilidad real de una guerra se extienda y alcance a la Unión Europea. “Si tienen éxito en Ucrania, dispondrán de un ejército de un millón de hombres armados y una industria militar que trabaja en tres turnos para suministrarles”, dijo en primer lugar. Ante esta situación, en caso de producirse, expuso que solo existen dos posibilidades.
“La duda es cuándo comenzará la próxima guerra, y qué hacemos mientras: prepararnos para ayudar a disuadir a Rusia o cerrar los ojos y fingir que no pasa nada”. Este último aspecto lo mencionó en relación con lo sucedido en los instantes previos a la invasión rusa.