La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, recibió este mediodía al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y al ministro del Interior, Guillermo Francos, en su despacho del primer piso de la Cámara alta con el objetivo de alinear posiciones y encaminar el tan ansiado dictamen de la ley de Bases y el paquete fiscal, que le permita al oficialismo abrir las puertas del recinto senatorial para sesionar.
El acercamiento se concretó 14 días después del ingreso de ambos mega proyectos al Senado.
Desde la última semana de abril, en la que los proyectos tuvieron la media sanción de Diputados, Villarruel aguardaba las instrucciones de la Casa Rosada para accionar su brazo político con los senadores, principalmente, aquellos que no dependen de ningún gobernador y tienen vuelo propio en el hemiciclo con respecto a su voto.
Sin embargo, las indicaciones nunca llegaron. Dormido y sin la misma sinergia que en la Cámara baja, el Ejecutivo echó a rodar la ley de Bases y el paquete fiscal sin brújula en el Senado. Lo hizo solo con un rígido calendario que se fue deshilachando con el paso de los días.
LLA aspiraba a lograr un dictamen exprés el jueves pasado y sesionar una semana después (hoy), pero la planificación inicial quedó sepultada y el ritmo de ambos proyectos en la Cámara alta lo impusieron los bloques dialoguistas y el kirchnerismo. Primero, poniéndole un freno a LLA por los modos en los que pretendió imponer las reglas. Segundo, por la catarata de modificaciones que plantearon los senadores de bloques aliados, lo que sacudió al oficialismo.
En este contexto, y ante la notoria falta de coordinación entre la Casa Rosada y los senadores aliados, Rolandi activó el martes pasado la maquinaria política que, por alguna razón, el oficialismo abandonó en el salto de ambos proyectos de Diputados al Senado. Casi se repitieron los mismos pasos en falso que Balcarce 50 cometió en la negociación de la ley de Bases madre, durante el período extraordinario.
Desde la llegada de los proyectos al Senado, Francos se enfocó principalmente en apuntalar a los gobernadores, pero no atendió las advertencias que en voz baja ya deslizaban algunos senadores de bloques aliados. Los más pirotécnicos ya en comisión fueron Guadalupe Tagliaferri (CABA), del PRO, el radical y titular de la UCR, Martín Lousteau (CABA). Tagliaferri participó del encuentro en el despacho de Villarruel. Por la tarde, Villarruel esperaba reunirse con Lousteau y el senador Maximiliano Abad (Buenos Aires).
El objetivo principal de los movimientos de Rolandi fue pasar en limpio las modificaciones propuestas por estos senadores y también de otros bloques federales como, por ejemplo, Unidad Federal, que integran Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Carlos Espínola (Corrientes). A pesar del accionar de Rolandi e Ibarzábal Murphy, que caminan el Senado por estas horas, tuvieron que recaer en el despacho de Villarruel que nunca fue incluida de la negociación.
Algunos ediles de LLA se mostraban en disconformidad con este parteaguas orquestado por la Casa Rosada. Entre regañadientes confesaban que el Ejecutivo no «utilizó las herramientas y las espadas legislativas con las que cuentan». «Los métodos fueron otros y no fue un método en espejo como habíamos planteado en su momento», sintetizó un libertario. De esta manera, la película de la ley de Bases y el paquete fiscal en el Senado promete más capítulos.