Tras el polémico aumento en las dietas que se otorgaron a sí mismos los senadores y en medio de las negociaciones para destrabar la sanción de los proyectos de la Ley Bases y el paquete fiscal, el Gobierno otorgó al Senado -que conduce la vicepresidenta Victoria Villarruel– un suculento aumento de su presupuesto: le asignó un refuerzo de $ 26.747 millones, lo que representa una suba del 40,8% respecto de la partida que estaba vigente.
La Cámara de Diputados, en cambio, no tuvo esa suerte. Más bien lo contrario. Si bien triplica en cantidad de miembros al Senado, la cámara que preside Martín Menem recibió del Ministerio de Economía un aumento menor en comparación: apenas un 3,5% de suba, unos $ 2.902 millones.
Estos aumentos forman parte de la ampliación generalizada del gasto presupuestario que dispuso ayer el Poder Ejecutivo por medio de la decisión administrativa 470. Era previsible que lo hiciera ya que, al no haber presentado un presupuesto para este año y prorrogar el de 2023, todas las partidas quedaron en poco tiempo desactualizadas por efecto de la inflación y su ejecución estaba, en muchas partidas, al límite.
Según se desprende de la DA 470 y del análisis que elaboró al respecto la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), se reforzaron partidas en todas las jurisdicciones por un total de $ 274.690 millones. De ese aumento, el Poder Legislativo recibió unos $ 33.115, de los cuales prácticamente la totalidad se lo llevó el Senado, que venía con un alto ritmo de ejecución de su presupuesto (en cinco meses consumió el 76%).
Fuentes cercanas a la vicepresidenta Villarruel explicaron que, efectivamente, el presupuesto del Senado había quedado desactualizado por efecto de la inflación y que, en realidad, esta asignación dispuesta por la DA 470 son partidas que el Gobierno no giró en su momento, correspondientes a los meses de marzo y abril.
Si se observa en detalle la planilla, la mayor parte del aumento que se le otorgó al Senado –$ 23.476 millones- se destina al gasto de personal, es decir, a pagar los salarios de la planta permanente (que incluye a los senadores) y de la temporaria. Lo curioso es que, en la misma decisión administrativa, a la Cámara de Diputados se le giraron solo $ 2.098 millones -es decir, la octava parte de lo que recibe el Senado- cuando tiene casi la misma cantidad de empleados que el Senado, unos 5.100 agentes en cada cámara.