Los gatos, al contrario de lo que se podría pensar, experimentan un proceso de envejecimiento rápido en sus primeros dos años, siendo equivalente a unos 24 años humanos según diversos estudios.
A partir de entonces, su ritmo de envejecimiento se desacelera y se vuelve más lineal, con cada año gatuno correspondiendo aproximadamente a cuatro o cinco años humanos. Santé Vet destaca que los felinos atraviesan seis etapas de vida, desde recién nacidos hasta gerontes, cada una con características y necesidades específicas.
Diversos factores como el entorno, los cuidados recibidos, la alimentación, la presencia de enfermedades y la raza influyen en la esperanza de vida de los gatos, que en promedio viven entre 10 y 15 años.
El portal de Infobae, destaca que para calcular la edad de un gato, se pueden observar aspectos físicos como la dentadura, la musculatura, el pelaje y los ojos, que cambian a lo largo de su vida.
Los gatos jóvenes presentan dientes en desarrollo, músculos definidos, un pelaje fino y suave, y ojos con iris suaves; mientras que los gatos mayores muestran signos como sarro dental, músculos menos tonificados, pelaje grueso y áspero, y ojos con iris más irregulares y secreciones en los lagrimales.
Se estima que a partir de los tres años, cada año gatuno equivaldría a cuatro años humanos, por lo que un gato de 10 años tendría una edad aproximada de 56 años en términos humanos.
Sin embargo, es importante recordar que estas equivalencias son aproximadas y pueden variar según la salud y el estilo de vida de cada gato.
El envejecimiento de los felinos no es uniforme, ya que algunos gatos de mayor edad pueden conservar rasgos juveniles, mientras que otros más jóvenes pueden mostrar signos de envejecimiento antes de tiempo.
Estas comparaciones entre la edad de los gatos y la de los humanos son útiles tanto para los dueños de mascotas como para los veterinarios, ya que ayudan a comprender mejor el ciclo de vida felino y a tomar decisiones informadas sobre su cuidado y bienestar.