En la inauguración de la imponente nueva sede del Concejo Deliberante de nuestra ciudad, el gobernador Martín Llaryora y el intendente Daniel Passerini coincidieron el sábado pasado en resaltar a las obras como sellos de sus gestiones. Aunque no hicieron ninguna mención específica, se diferenciaron de la prédica antiestatal del presidente Javier Milei.
En este sentido, el intendente Passerini fue concreto, con una definición política cargada de connotación peronista: “El Estado presente y la justicia social no se negocian”. En el oficialismo cordobés se hablaba que la inauguración del Concejo Deliberante capitalino, una obra que estuvo paralizada durante 14 años, sería la plataforma de relanzamiento de la gestión del intendente Passerini.
Sin embargo, el protagonismo de la actividad se lo llevó Llaryora, con un discurso de fuerte contenido político. Defendió su gestión cuando fue intendente capitalino y cargó contra la oposición. “Nosotros tuvimos las agallas de terminar esta obra, no de empezar a discutir o de denunciar. No vinimos a decirles a los cordobeses que la obra estaba parada o ir a la Justicia a presentar una denuncia penal. No, lo que hicimos fue lo más difícil, terminar la obra. Lo fácil es criticar, echarle la culpa al gobierno anterior. Lo fácil es hablar del pasado y no resolver los problemas”, levantó el tono el Gobernador, ante la ovación de funcionarios y militantes peronistas.
Escuchó sin hacer ningún gesto el opositor senador nacional Luis Juez, ex intendente de Córdoba, quien estuvo entre los invitados especiales. Lugar que compartió con su colega en el Senado, Alejandra Vigo. El ex gobernador Juan Schiaretti no asistió. El Gobernador no hizo ninguna mención, pero sus filosas definiciones apuntaron a los intendentes que lo precedieron en su gestión como intendente capitalino, como el radical Ramón Javier Mestre, el ex juecista Daniel Giacomino y el propio Juez.