En Alta Córdoba, la ilusión crece, pero los hinchas de Instituto saben que aún deben mantener la calculadora en la mano para hacer números, no ya fecha a fecha, sino partido a partido.
El equipo, que se encuentra en la pelea para clasificar por primera vez en su historia a una Copa Internacional, necesita quedar entre los 12 primeros de la Liga Profesional, cuando al equipo dirigido interinamente por Daniel “Miliki” Giménez le quedan dos partidos y algunos de sus rivales directos tienen tres juegos, por caso Argentinos Juniors y Platense.
Instituto está en carrera para quedar entre los 12 primeros, pero sino lo logra, tiene una segunda opción: finalizar en la 13ª posición y esperar que Central Córdoba no logre clasificar a la Copa Libertadores. Para que esto suceda, es necesario que Vélez gane la Copa Argentina, pero no el torneo local.
El próximo sábado, a las 17, el equipo de Alta Córdoba tiene una final ante Lanús. El Granate llega a este partido con dos puntos de ventaja sobre Instituto, tras su victoria ante Banfield, y también está luchando por un lugar en la Sudamericana. Una victoria sobre el equipo de Ricardo Zielinski sería clave para mantener vivas sus esperanzas de clasificación, teniendo en cuenta que en la última fecha, la Gloria recibe a Godoy Cruz, hoy en puesto de Sudamericana.
Además, los hinchas de Instituto deberán estar atentos a otros partidos clave. Hoy, Talleres recibe a Huracán a las 19.45 en el Mario Alberto Kempes, un encuentro vital para la lucha del campeonato. A su vez, los partidos entre Argentinos Juniors e Independiente Rivadavia y Platense contra Unión son fundamentales, ya que si cualquiera de estos equipos gana, podría adelantar a Instituto en la tabla y arrebatarle la 13ª posición.
En la última jornada, Instituto logró una valiosa victoria por 2-1 ante Deportivo Riestra, en un partido clave para sus aspiraciones. En la Gloria saben que quedan dos finales y que hay que sumar lo más que se pueda para que el sueño se haga posible. “En el fútbol no existe la suerte, pero sí las virtudes. Tuvimos la virtud de ver el juego que Silvio (Romero) nos podía dar algo y lo pusimos. Gracias a Dios nos rindió y lo pagó con un gol. Es una alegría grande. Silvio se lo merece como persona, más allá de lo que es como jugador. Tuvo un año duro, arrancó jugando y después alternaba. Hasta llegó a no ser citado. La venía pasando mal. Es un hombre de la casa. A mí me da una satisfacción bárbara. Él hizo un esfuerzo muy grande para venir, estaba cómodo allá y vino al club que ama a tratar de hacer lo mejor posible. Las cosas no le estaban saliendo, y la gente es impaciente acá. A veces hay que tranquilizar a la gente también, uno viene a un club a tratar de hacer las cosas bien. Todos somos humanos. A veces entramos a la cancha y las cosas salen, y otras veces no. Gracias a Dios, hoy le salió, y me alegra mucho por él porque es hincha de Instituto”, dijo el entrenador Giménez.