A Verónica Abad, vicepresidenta de Ecuador, le están negando la entrada a su propio despacho. El edificio, colindante con el palacio presidencial donde Daniel Noboa ejerce su poder, está cercado por militares y policías. El mismo día que una jueza anuló una resolución ejecutiva que suspendía Abad de sus funciones, el acceso a su oficina fue bloqueado por un contingente de militares y policías que cercaron con vallas metálicas el edificio de la vicepresidencia.
La jueza Nubia Vera, responsable de la sentencia que devolvió la legalidad a la vicepresidenta, denunció públicamente las amenazas y persecuciones que había sufrido en los días previos a la resolución. “Mi única misión era asumir la presidencia interina, pero eso no ocurrió”, dijo Abad, quien además aseguró que existía una orden para detenerla, bajo una nueva denuncia por “usurpación de funciones”, un cargo que, según ella, no tiene fundamento.
“No voy a enfrentarme a militares con órdenes claras de a qué lado juegan”, sentenció. Y agregó: “Este es un régimen autoritario en el que el golpe de Estado ya está consumado. ¿Quién va a detenerlo? Salir de esto nos va a costar muchísimo”.
Y cerró: “Estamos viviendo lo mismo que en Venezuela: un presidente autoritario que busca controlar los órganos de control electoral para perpetuarse en el poder. Al perseguir y destruir a la oposición, cree que podrá mantenerse en el poder, lo mismo que ha hecho Nicolás Maduro con María Corina Machado. Los golpistas son justamente los que no ven a la oposición con buenos ojos”.