tras declarar un procedimiento preventivo de crisis.
Tras declarar un procedimiento preventivo de crisis, la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), con sede en Córdoba capital, oficializó su delicada situación financiera y anunció un plan para reducir su plantilla en un 23%. La medida forma parte de un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) presentado ante el Ministerio de Trabajo provincial, con el objetivo de reorganizar su funcionamiento, preservar los puestos de trabajo activos y garantizar la viabilidad de la compañía.
Desde la conducción de la empresa estatal, aclararon que no se trata de una antesala del cierre, sino de un proceso necesario para “ordenar la casa” y encaminar la actividad en medio de un contexto crítico. El PPC es el quinto, en la historia de Fadea.
Crisis heredada y medidas urgentes
La actual gestión asumió en medio de un escenario complejo: fuerte dependencia del Estado (el 90% de la facturación), contratos incumplidos, deudas con proveedores internacionales, y una estructura con cerca de mil empleados, ampliamente sobredimensionada respecto al nivel real de actividad.
Según fuentes de la conducción, Fadea recibió una fábrica prácticamente paralizada y con severos límites financieros a comienzos de 2024. El objetivo inmediato fue sincerar la situación y avanzar en medidas de ajuste que permitan sostener la operatividad. En ese marco, la empresa puso en marcha un plan de retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas y suspensiones temporales hasta diciembre, lo que ya permitió reducir un 30% la masa salarial.
Además, se iniciaron gestiones para diversificar ingresos y reducir la dependencia estatal, con acuerdos incipientes con compañías como Aerolíneas Argentinas, Flybondi, JetSmart y la brasileña Akaer.
Salarios y suspensión temporal
En las últimas semanas, la tensión financiera escaló. Ante la falta de contratos vigentes con el Estado, producto de auditorías por incumplimientos anteriores, la empresa afrontó pagos escalonados de salarios: un primer depósito parcial el 8 de mayo, un refuerzo para el personal no jerárquico el 9, y la cancelación total el día 14, gracias a un aporte extraordinario del Tesoro Nacional.
Ese mismo 9 de mayo, tras incidentes gremiales dentro de la planta, Fadea suspendió sus actividades por 72 horas por razones de seguridad, según estándares de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). La medida no afectó los haberes del personal.
Capitalización y futuro
La compañía también inició un proceso de capitalización para acceder a financiamiento en el mercado, algo inédito para una empresa estatal como Fadea. En una asamblea extraordinaria realizada el 8 de mayo, se acordó un cuarto intermedio de 30 días para definir los detalles del mecanismo.
“Estamos cerca de cerrar nuevos contratos con privados. La empresa no es inviable, pero necesita orden, realismo y consensos. Este proceso apunta a eso. No estamos al borde del abismo, estamos pisando tierra firme”, sintetizó uno de los principales directivos, quien ya anticipó que dejará su cargo una vez firmado el nuevo esquema de contratos.
Fadea busca salir del esquema de emergencia constante. Entre los puntos clave presentados ante Trabajo se menciona un rojo patrimonial superior a los $70.000 millones, que podría derivar en la disolución si no se logra una reestructuración de fondo.
La apuesta es avanzar en acuerdos con Defensa y sumar contratos privados para revertir el déficit crónico. Según el presidente de la fábrica, Fadea tiene la capacidad de atender una demanda regional de hasta 25.000 aeronaves de fuselaje angosto. “Hoy, solo hay un lugar en Sudamérica con la infraestructura para hacerlo: Fadea”, concluyó.
Mientras tanto, las asambleas continúan y los gremios siguen de cerca la evolución de los anuncios. Fadea busca reinventarse, con la premisa de evitar el colapso y recuperar su papel histórico en la industria aeroespacial nacional.