En un contexto de emergencia ambiental, donde los suelos, ríos y ecosistemas están cada vez más contaminados, y los grandes fenómenos climáticos arrasan con poblaciones, las iniciativas de espacios académicos se vuelven claves para promover soluciones sostenibles, fomentar la conciencia y generar conocimiento que contribuya a preservar los recursos naturales.
Siguiendo esos valores, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) impulsa la segunda etapa de una propuesta que articula saberes diversos para pensar en nuevas formas de habitar el territorio y a la vez abre un espacio para que comunidades y organizaciones puedan acercar sus aportes. Del 1 al 3 de agosto, se llevará a cabo la Residencia Transdisciplinar artística científica y comunitaria “Territorios-Tierra: sembrar(nos) en conexión”, luego de una primera residencia exitosa sobre el cuidado de los ríos en nuestra provincia y el mundo, que dejó tanto proyectos para mejorar la calidad de las cuencas como saberes y reflexiones compartidas.
La iniciativa, coordinada por el Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s, Política, Salud y Subjetividad/es (ELAPPSS) de la Facultad de Psicología en articulación con CIEVPsi y la Rede Latino-Americana de Divulgação Científica e Mudanças Climáticas, fue declarada de interés académico por la casa de estudios, y parte de una premisa clave con la que se realiza la convocatoria: «El planeta, nuestra casa común, padece la crisis más grave de la historia de la humanidad. Precisamos urgente fortalecer el cuidado de la vida».
A diferencia de otras propuestas, esta residencia se caracteriza por un enfoque transdisciplinar, convocando a científicos, funcionarios públicos, docentes, estudiantes, artistas y comunidades locales a compartir conocimientos y prácticas en torno al cuidado de distintas territorialidades: cuerpos, ríos, bosques y comunidades.

En diálogo con Hoy Día Córdoba, Valeria Cotaimich, directora del ELAPPSS, coordinadora y curadora de la residencia, explicó el sentido de la transdisciplinariedad: “La estrategia de las residencias surge de una articulación entre el ELAPPSS y la cátedra de Psicología Sanitaria, en salud pública, salud mental, salud colectiva y supone revisiones epistemológicas respecto de la promoción de la salud en clave transdisciplinar. En esta residencia se encontrarán docentes investigadores del CONICET y la UNC con integrantes de la Feria Agroecológica de Córdoba, la CLAySA y colectivos de artistas y organizaciones de vecinas y vecinos, además de representantes del Municipio de Unquillo y espacios culturales como La Minerita y el Museo Casa Rivolta”.
El formato de la residencia combina talleres, recorridos por el territorio, charlas, presentaciones artísticas y momentos de reflexión tanto en Ciudad Universitaria como en casas museos y otros espacios culturales de Unquillo. “Más que buscar eficacia inmediata, la residencia busca sembrar procesos. Algunas articulaciones surgen en el momento y otras se desarrollan con el tiempo”, afirma la organizadora.

Ordenanza sobre agroecología para promover la salud
En un país como Argentina, donde según la Red Universitaria de Ambiente y Salud “se utilizan más de 500 millones de litros de agrotóxicos por año” y es uno de los más fumigados del mundo, este tipo de iniciativas cobra una relevancia central. “La promoción de la agroecología es vital ante formas de contaminación, fumigación y desmontes que dañan el alimento que consumimos y, con ello, nuestro cuerpo y nuestra salud”, afirma Valeria.
Una de las actividades destacadas será la participación de la Feria Agroecológica de Córdoba, que además de funcionar en su horario habitual, ofrecerá un espacio cultural con la presentación del circo Da Vinci. La feria, nacida hace más de una década en el ámbito universitario, ha sido clave en la promoción de una alimentación libre de agrotóxicos y en la construcción participativa de políticas públicas.
En ese sentido, sus integrantes participaron activamente en la elaboración de la Ordenanza 13.472, sancionada en 2024 por el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba y desde hace un tiempo trabajan junto a la Municipalidad por su reglamentación. La norma establece el Régimen de Promoción de la Producción y Comercialización de Productos Agroecológicos, y reconoce como centrales principios como la soberanía alimentaria, la economía circular y la participación intersectorial.
La ordenanza prevé el Consejo de Producción Agroecológica (CPA), encargado de diseñar políticas públicas, establecer mecanismos de validación, fomentar ferias y generar incentivos. Además, crea la Red de Comercialización de Productos Agroecológicos y el Sello de Calidad Agroecológica, herramientas fundamentales para garantizar una alimentación segura y saludable.

Fortalecimiento de redes del Río Chavascate
Valeria destaca que durante la residencia anterior “Cuidar un río es cuidar todos los ríos” surgieron resonancias que profundizaron las relaciones entre la UNC, escuelas, artistas y organizaciones que derivaron en proyectos para cuidar los ríos, entre ellos el Río Chavascate, en las Sierras Chicas. “Surgieron solicitudes de escuelas para que demos talleres en relación al cuidado de ríos y el ciclo del agua. También estamos armando un proyecto de continuidad y articulación intersectorial para el cuidado ambiental y cultural del río que presentaremos ante municipios y cooperativas como la de Agua de Oro”, detalló Cotaimich.
Junto a Carlos Alvarez, parte del ELAPPSS e integrante de la Asamblea de Vecinos del Chavascate, quien participó en el proceso de la primera residencia, trabajaron en la instalación de dispositivos construidos con maderas recuperadas, donde se colocaron lentes ópticos para invitar a los asistentes a ver y sensibilizarse sobre los ríos desde múltiples perspectivas.

Además de su labor en espacios académicos y colectivos dentro y fuera de la universidad, Carlos Álvarez hoy ejerce como vicepresidente de la Cooperativa de Agua de Oro, institución que abastece de agua potable a las localidades de Agua de Oro, y las comunas de Cerro Azul y El Manzano. Desde su cargo y como impulsor del cuidado de las cuencas, trabaja por mantener limpio el Chavascate. “Tanto Carlos como Susana Dado, presidenta de la cooperativa, compañera y luchadora incansable por el cuidado del río Chavascate, siguen promoviendo conexiones entre diferentes miradas de modo cooperativo y colectivo, en favor del cuidado de este y todos los ríos”, valoró Cotaimich.
Experiencias de tres residentes
Quienes han participado de la residencia anterior dejaron comentarios muy enriquecedores de cara a esta segunda instancia, asegurando que la experiencia fue de gran valor tanto a nivel profesional como en lo personal. En ese sentido, Pía Rodríguez, estudiante de psicología y participante de la residencia, destacó el carácter innovador de la propuesta: “Al principio no entendía muy bien qué era. Después vi que no hay casi residencias como esta. Me pareció tan interesante que decidí hacer mi tesis sobre esto. Siempre decimos que funciona como una bomba de semillas: todos salimos de ahí con ganas de seguir haciendo cosas, de seguir promoviendo estos espacios. A nivel personal, me mostró que se puede vincular la promoción de la salud con otros saberes, con otras personas, sin hablar específicamente de salud mental pero promoviendo bienestar”.
Abril Galiana Varela, otra residente, valoró el componente sensorial y colectivo de la experiencia. “Lo poderoso de estos encuentros es que abren un espacio para sensibilizarse en comunidad. Lo que más me gusta es que se da involucrando al cuerpo y a los sentidos, que entran en conexión con otros cuerpos y saberes. Para obtener el certificado, los residentes deben presentar una iniciativa factible en su comunidad. Algunas de esas propuestas están siendo tomadas como parte de prácticas de investigación en la facultad”, cuenta.
Por su parte, Loriana Llanquitru aseguró: “Fueron tres días intensos, intensivos, de formación, donde hubo una puesta en diálogo e intención de diversas nociones y actividades. Para mí fue una articulación entre ciencia y arte con intercambio de saberes y de experiencias entre actores de distintas partes del país”.

Uno de los logros destacados por quienes organizaron la primera residencia es haber articulado sectores diversos. Se generaron vínculos entre representantes del pueblo comechingón, infancias de Agua de Oro, académicos de la UNC, defensores del cerro Famatina, entre ellos Jenny Luján, integrante de Mujeres por el Agua del Famatina y de la Asamblea por la vida de Chilecito.
La residencia se realizan en el mes de agosto, en coincidencia con el mes de la Pachamama, y buscan tener una frecuencia periódica. La próxima edición, que se realizará en septiembre, lleva por título “Brotar(nos) y polinizar(nos) en primavera” y aspira a profundizar el trabajo con redes comunitarias.