El Ejército de Estados Unidos destruyó el lunes cuatro embarcaciones presuntamente dedicadas al tráfico de drogas en el océano Pacífico oriental, dejando 14 muertos y un único sobreviviente, según informó este martes el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
“El Departamento de Guerra llevó a cabo tres ataques cinéticos letales contra cuatro embarcaciones operadas por organizaciones terroristas designadas que trafican narcóticos en el Pacífico Oriental”, declaró Hegseth en redes sociales.
Respecto al único superviviente del naufragio, el funcionario explicó que se activaron de inmediato los protocolos de búsqueda y rescate, y que México asumió la coordinación del operativo tras aceptar la responsabilidad del caso.
Es la primera vez que se anuncian varios operativos en un solo día, lo que constituye una escalada significativa en el ritmo de los ataques. Desde el 2 de septiembre, las fuerzas estadounidenses han hundido 14 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, con un saldo de al menos 57 muertos.
Esta campaña, que ya supera los dos meses de duración, junto con el aumento de la presencia militar estadounidense, ha tensado las relaciones con países de la región como Colombia y Venezuela, y ha alimentado la especulación de que estas medidas buscan derrocar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien Washington acusa de narcoterrorismo.
El 2 de octubre, la Casa Blanca informó al Congreso que Estados Unidos se encuentra involucrado en un “conflicto armado no internacional” con cárteles de la droga designados como grupos terroristas, sin identificarlos públicamente.
Los operativos militares en el Caribe y el Pacífico han generado fuertes críticas internas y externas sobre el accionar estadounidense.
El senador demócrata Jack Reed, de Rhode Island, criticó que el gobierno no haya ofrecido justificación legal ni evidencia de inteligencia creíble para los ataques.
Por su parte, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, expresó su rechazo a las incursiones y pidió al secretario de Relaciones Exteriores y a la Marina reunirse con el embajador estadounidense. “Queremos que se respeten todos los tratados internacionales”, expresó Sheinbaum.
De forma similar, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China instó a Estados Unidos a cesar las acciones que socavan la paz y la estabilidad del Caribe y a mantener la cooperación dentro de los marcos legales bilaterales y multilaterales.
En una declaración conjunta, 10 ex líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) manifestaron su “profunda preocupación” por las operaciones militares y recordaron que la región ha sido considerada zona de paz durante más de 50 años.
El portavoz chino, Guo Jiakun, subrayó: “Esperamos que Estados Unidos escuche el llamado de las naciones caribeñas y cese las acciones que amenazan la estabilidad regional”.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha condenado reiteradamente las acciones de Washington, calificándolas de intentos de derrocar a su gobierno y expandir la influencia militar estadounidense en Latinoamérica.
Las tensiones también alcanzan a Colombia, un aliado histórico clave en la lucha antidrogas. En medio del creciente enfrentamiento entre el presidente republicano de Estados Unidos y el mandatario colombiano Gustavo Petro, Washington impuso sanciones contra él, su familia y un miembro de su gabinete por supuestas conexiones con el tráfico global de drogas.
Actualmente, la expansión militar estadounidense en el Caribe es la mayor en más de tres décadas, marcando un nuevo punto crítico en la política exterior de Washington hacia América Latina.









