El cuerpo de delegados del Instituto Sarmiento, ubicado en el Barrio San Vicente, denunció graves hechos de hostigamiento y maltrato laboral por parte del Consejo Directivo, situación que, según advierten, compromete la integridad psicofísica de docentes, no docentes y estudiantes.
Ante este panorama, los delegados organizaron un abrazo solidario a la institución, que se realizó este viernes 7 de noviembre a las 8:30 en la puerta del colegio, ubicado en López y Planes 2253. Además, se llevó a cabo una asamblea informativa desde las 7:45 a las 9:15.
En un comunicado difundido después de la asamblea, los delegados sostuvieron que siguen “denunciando las prácticas arbitrarias, antidemocráticas y contrarias a lo que establece el Estatuto Docente” y consideraron que “se enmarca en una perspectiva más general de parte del Consejo Directivo hacia el personal docente”.
“Sabemos que no se trata de un ataque individual, es un ataque a un proyecto de escuela”, destacaron.
Además, enfatizaron: “Queremos que las familias de nuestra escuela sepan las difíciles situaciones que está viviendo el cuerpo docente y no docente del instituto” y pidieron “pronta intervención del Ministerio de Educación y la DIPE”.
Los delegados anticiparon que continuarán con su plan de lucha la próxima semana. “El lunes participaremos de una acción cultural promovida por egresados en la explanada del CPC de San Vicente. El miércoles retomamos las audiencias ante la Secretaría de Trabajo con la presentación de ampliaciones de denuncias ya realizadas en instancias anteriores, y continuaremos con asambleas docentes para seguir juntos y organizados por la defensa de nuestro querido Sar”, afirmaron.

Comunicado inicial
Romina Molina, delegada escolar, aseguró en un comunicado: “La situación que venimos viviendo en la escuela es de suma gravedad. Ya son 18 las denuncias de casos de maltrato y hostigamiento, dando cuenta de un accionar sistemático por parte de miembros del Consejo Directivo, que ya hemos denunciado frente a la Secretaría de Trabajo”.
Según explicó, la denuncia incluye despidos arbitrarios, reiteradas amenazas a docentes y miembros del equipo psicopedagógico, y la existencia de mecanismos de espionaje interno, como la incitación a grabar con celulares a quienes critiquen al Consejo Directivo. Al respecto, Molina sostuvo que todo formaba parte de “un sistema de persecución interna, lo que llevó a la renuncia de una compañera psicopedagoga por no soportar la presión”.
Finalmente, Molina afirmó: “Esta situación gravísima repercute no sólo sobre el personal de nuestra escuela sino también sobre nuestros estudiantes, quienes dieron cuenta de haber sido amenazados por miembros del Consejo Directivo de contar con escuchas y grabaciones de las cámaras de la escuela, claramente utilizados con fines de intimidación y control y no de resguardo, como también han fraguado actas obligando a estudiantes a firmarlas”.










