Un niño sorprendió a su papá y a su tío al agarrar el palo de golf y concretar un hoyo en uno con un golpe perfecto desde una distancia increíble. Justo en ese momento Mario Figaretti, el padre del pequeño, estaba grabando para mostrar el fanatismo de su hijo por el deporte y mostrar su talento, aunque no esperaba que fuera tanto.
Como si fuera un especialista con años de experiencia en el green, Rocco se acomodó, se balanceó y le dio un golpe seco y muy preciso a la pelota. Su tiro se elevó y tuvo como destino final el pequeñito agujero ubicado algunos cuantos metros más adelante.
Su papá no pudo evitar la sorpresa al ver que la pelota entró en un solo tiro. Ni siquiera el chiquito lo podía creer, así que salió corriendo hacia el green para comprobar que la pequeña esfera blanca había ingresado en el hoyo. Al ver que lo que parecía imposible se había vuelto realidad, se dio vuelta, miró a su papá y pegó un grito cargado de sorpresa e incredulidad: «Realmente lo hice».