La Cámara de Diputados aprobó durante la madrugada de este miércoles el proyecto de ley de Aporte Solidario y Extraordinario para aquellos patrimonios que sean superiores a los 200 millones de pesos.
El proyecto de ley ya enviado al Senado, busca recaudar alrededor de 300 mil millones de pesos para ser utilizado con fines sociales y sanitarios, vinculados con la pandemia de coronavirus.
El proyecto impulsado por el Frente de Todos tuvo 133 votos a favor contra 115, 19 correspondientes a otras bancadas entre ellos dos radiales: los jujeños Gabriela Burgos y Jorge Rizzotti. En la votación hubo dos abstenciones, ambas de la Izquierda.
El debate en la Cámara de Diputados se prolongó durante 13 horas, luego de haber comenzado a las 14:30 del día martes.
El llamado impuesto a la riqueza debería ser pagado, en caso de convertirse en ley, por unas 10.000 personas, según los datos aportados por AFIP.
A raíz del aislamiento preventivo al que se sometió el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, por sospechas de contagio de Covid-19 tras una reunión que mantuvo con un representante de la misión del FMI que contrajo coronavirus, la sesión comenzó siendo presidida por el vice del cuerpo, Álvaro González.
Con la luz verde de las autoridades sanitarias tras el negativo que arrojó el segundo hisopado, Massa retomó las funciones presenciales en el Congreso, donde primero se reunió con ministros nacionales y funcionarios, y luego ocupó su asiento en el hemiciclo del recinto.
La sesión comenzó con un alto grado de tensión con acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición.
Primero hubo un cruce entre Brenda Austin y Cecilia Moreau sobre los giros de comisión al proyecto de plásticos de un solo uso, y más tarde los diputados Álvaro de Lamadrid y Waldo Wolff plantearon cuestiones de privilegio contra Massa por no hacer los esfuerzos necesarios para reconducir a la Cámara de Diputados hacia la presencialidad de sesiones.
El diputado Germán Martínez replicó las críticas y cargó contra Juntos por el Cambio por considerar que buscaba generar un mal clima para enturbiar y dilatar el tratamiento del proyecto de grandes fortunas.
«Nosotros no armamos, no planificamos, ni damos golpes por atrás. Nosotros conversamos de frente. Quiero decir que no vamos a hacer lo que nos hacían ustedes, cuando había 20 cuestiones de privilegio por sesión, 30 pedidos de apartamiento de reglamento por sesión», contestó el presidente interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri.
El clima de conflictividad se aplacó un poco cuando comenzó el debate concreto del proyecto sobre grandes fortunas, cuya presentación recayó en el presidente de la comisión de Presupuesto y miembro informante del Frente de Todos, Carlos Heller.
El economista y autor del proyecto aseguró por videoconferencia que el proyecto «no está pensado contra personas determinadas».
«Estamos frente a una situación de emergencia que es lo que le da la situación de excepcionalidad, extraordinario. Y es por única vez, porque se pretende -con sustento en los principios constitucionales de solidaridad- alcanzar a personas humanas titulares de grandes fortunas», afirmó.
Por su parte, Luciano Laspina (PRO) consideró que la iniciativa impulsada por Máximo Kirchner consagra una «lógica de pegarles un tiro en los pies de los empresarios que tienen que empujar del carro en la salida de la pandemia» de coronavirus.
El santafesino consideró que el «impuesto a la riqueza» es «confiscatorio» porque hay una absorción por parte del Estado de una parte sustancial de la renta o la propiedad», argumentó.
Para Laspina, «la emergencia no habilita a violentar la Constitución Nacional», y cuestionó que el aporte «opera como doble imposición respecto del impuesto que hoy ya rige de Bienes Personales».
A su turno, el diputado nacional de la UCR Luis Pastori acusó al oficialismo de practicar «populismo tributario» con el aporte extraordinario a las grandes fortunas.
«No venimos aquí solamente a oponernos a un muy mal impuesto. Bregamos por el esfuerzo compartido en el marco de la democracia, con solidaridad en el esfuerzo, pero sin populismo tributario», aseguró.
El legislador advirtió que el aporte extraordinario a las grandes fortunas representa una «segunda pandemia» para las PyMEs y el empleo, y cuestionó el «sesgo claramente antiempresas y antiinversiones» del proyecto del oficialismo.
«A la gente más humilde no le preguntaron si podía aportar más durante esta crisis, ya lo hicieron. Es un momento de elegir a la patria o al patrimonio», señaló más tarde el diputado del Frente de Todos Itai Hagman.
Por su parte, Nicolás del Caño justificó la abstención del Frente de Izquierda Al opinar que la iniciativa de impuesto a las riquezas es el «camuflaje de un ajuste contra el pueblo» que se lo quiere «presentar como algo revolucionario». «Es un proyecto que recauda muy poco y es un engaño que intenta ocultar esta farsa», indicó.
Hugo Yasky (Frente de Todos) manifestó: «Con todos los impuestos que Macri les perdonó no hubo derrame hacia abajo, hubo derrame a los paraísos fiscales y ahora hay que pagarlo como deuda externa. Reivindicamos este aporte extraordinario como una salida para los que menos tienen».
En tanto, Graciela Camaño (Consenso Federal) dijo que se trata de un «impuesto» que se superpondría con la misma base imponible que ya fija el tributo de Bienes Personales, por lo que genera «inseguridad jurídica», «pérdida de confianza» y desaliento de inversiones.
En el cierre de la jornada, el presidente del interbloque Juntos por el Cambio, Mario Negri, insistió en llamar al Aporte Solidario y Extraordinario como un impuesto” y consideró que es ineficaz por más que tenga un nombre bonito, y por más que sea épico”.
Por su parte, el presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, que se retiró del Congreso por haber estado en contacto cercano con un portador de Coronavirus, expresó vía Zoom: Los argentinos y argentinas necesitamos encontrar un punto de equilibrio y acuerdo. Necesitamos del sector privado y del sector público invirtiendo juntos. Se trata de encontrar entre todos y todas una salida en común”.
Con el respaldo de 19 diputados de otros bloques
Al momento de la votación el oficialismo sumó 133, al contabilizar 114 de sus 119 integrantes; nueve de los once del interbloque Federal; seis del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo; dos de Acción Federal y los dos radicales.
A Sergio Massa, que no vota por presidir el cuerpo, y José de Mendiguren, con licencia; esta vez el Frente de Todos tuvo las ausencias al momento del voto del santiagueño Bernardo Herrera, con Coronavirus; Cecilia Moreau, quien participó de la sesión pero se detectó Coronavirus en un contacto cercano sobre el final del debate, y el jujeño Daniel Ferreyra.
Los que se sumaron al apoyo del proyecto desde otros bloques fueron Carlos Gutiérrez, Claudia Marquez y Paulo Cassinerio, de Córdoba Federal; Alejandro ‘Topo’ Rodríguez y Jorge Sarghini, de Consenso Federal; Eduardo Bucca y Andrés Zottos, del Justicialismo; Enrique Estevez, Socialista y Luis Contigiani, Progresista; todos del interbloque Federal.
Por Unidad Federal para el Desarrollo lo hicieron, su presidente, el mendocino José Ramón y su compañero Pablo Ansaloni; los representantes del oficialismo misionero, Flavia Morales, Diego Sartori y Ricardo Wellbach; y el rionegrino Luis Di Giacomo.
El flamante bloque Acción Federal, del riojano Felipe Alvarez y del santacruceño Antonio Carambia también respaldó; en tanto que por el radicalismo lo hicieron los jujeños Gabriela Burgos y Jorge Rizzotti.
En contra del proyecto se expresaron 112 de los 115 diputados de Juntos por el Cambio; Graciela Camaño, de Consenso Federal; Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino y Beatriz Avila, del Partido por la Justicia Social tucumano.
Además de las fugas de los jujeños de la UCR, Juntos por el Cambio sufrió la ausencia del también radical santafesino Juan Martín.
Los dos diputados de la Izquierda se abstuvieron al momento de votar; en tanto que la cordobesa Alejandra Vigo (Córdoba Federal) fue la séptima ausente.