El propio Ñáñez anticipó la noticia de manera pública el pasado Jueves Santo, en la tradicional ‘Misa Crismal’ que siempre reúne al clero cordobés en la Catedral.
Hay dos incógnitas respecto a esto: una si el papa Francisco aceptará la renuncia de Ñáñez de manera inmediata y en el mismo acto nombrará al reemplazante; o si, como también es posible, le pedirá que permanezca en el cargo un tiempo más.
La otra incógnita, más importante, es quién será el próximo arzobispo de Córdoba. Sobre lo primero, es muy probable que Francisco acepte la renuncia de inmediato y nombre al próximo arzobispo, informó ayer el periodista Javier Cámara.
Respecto de la segunda cuestión, la única certeza es que lo elegirá personalmente” Francisco y no la estructura vaticana que tiene la misión de facilitarle al Pontífice la tarea de designar obispos en todo el mundo cuando, a veces, ni siquiera los conoce.
Desde el entorno del Arzobispo informaron que el objetivo de adelantar” la renuncia es preparar un camino” para que la transición entre el obispo que se va y el que llegue se viva con naturalidad, con serenidad y paz”, lejos de las discordias” y las internas.