El ballottage estuvo marcado por una bajísima participación de la ciudadanía, ya que de las más de 13.000.000 de personas habilitadas para votar solamente asistieron un poco más de 2.500.000, equivalente al 19,61%.
Sin embargo, significó una dura derrota para la derecha gobernante, que de las 12 gobernaciones en disputa solo pudo ganar una (Araucanía), mientras la centroizquierda clásica ganó ocho.