Un estudio llevado a cabo sobre 2.687 estudiantes de universidades públicas y privadas de todo el país señala que la duración indefinida de la cuarentena para luchar contra la pandemia de coronavirus puede ser más perjudicial, en términos psicológicos, que su aplicación por períodos limitados e intermitentes. Asimismo, la investigación discute la idea de que las personas se acostumbran” a la cuarentena y, en su lugar, propone la indefensión aprendida”, que va de la mano de un aumento de los niveles de depresión. El estudio fue realizado por el Instituto de Investigaciones Psicológicas (UNC/Conicet).
Cecilia López Steinmetz, una de las autoras del trabajo, hizo mención a las conclusiones a las que arribaron. Al respecto, explicó que las prórrogas del aislamiento social, la falta de precisiones sobre su extensión, y la forma de comunicar la situación, agregaron mucha incertidumbre a lo que ya era, en sí mismo, un contexto desconocido”. Asimismo, Juan Carlos Godoy, otro de los autores del trabajo, indicó: Una peor salud autopercibida, en términos de malestar psicológico inespecífico, afectó a más estudiantes que residen en la región con las tasas más altas de propagación de Covid-19”. En tanto, en las zonas menos afectadas, como Jujuy y Salta, el malestar psicológico era menor.
En cuanto a los indicadores más específicos, la tasa de propagación del Covid-19 de la zona de residencia no parece producir diferencias significativas. Para los miembros del equipo, esto implicaría que el impacto de la cuarentena en la salud mental puede atribuirse a aspectos relacionados con el distanciamiento físico, el aislamiento, y las alteraciones de la rutina, más que al riesgo de contagio.
Con respecto al estado de salud mental general, se detectó un empeoramiento a medida que la cuarentena se extendía. Esto apoya la afirmación de que la duración indefinida de la cuarentena puede ser más perjudicial para la salud mental que la aplicación de períodos limitados”, indicó López Steinmetz. Sobre esto, la investigación sostiene la idea de que durante la cuarentena no se produce un acostumbramiento adaptativo, sino todo lo contrario.
Colegas afirmaron que luego de la incertidumbre inicial por la cuarentena, las personas acomodaron sus rutinas y, por ello, se observó una disminución de los niveles de ansiedad y otros indicadores en la segunda medición. En nuestro trabajo presentamos una interpretación diferente: la disminución en los niveles autoinformados de ansiedad y el aumento en los niveles de depresión reportados en esos estudios podrían deberse a un estado de indefensión aprendida, más que a un acostumbramiento adaptativo y positivo”, puntualiza López Steinmetz.
La teoría de la indefensión aprendida
La teoría de la indefensión aprendida fue formulada por Overmier y Seligman para dar cuenta de los déficits emocionales, cognitivos y conductuales que se producían en animales de experimentación, tras la exposición a situaciones aversivas incontrolables. Se ha demostrado que es un modelo de comportamiento similar a la depresión, válido y confiable en animales, y reproducible en seres humanos.
La trayectoria evolutiva descrita en los modelos animales como indefensión aprendida o derrota social consiste en que en primera instancia el organismo exhibe comportamientos crecientes de ansiedad y busca maneras de escapar o controlar un entorno que se ha vuelto amenazante. Luego, el organismo generaliza el aprendizaje de que carece de control sobre su entorno y los comportamientos similares a la ansiedad disminuyen.
A continuación, generaliza todavía más que el ambiente es inherentemente amenazante y los síntomas de tipo depresivo se desarrollan o aumentan y, por último, el organismo se da por vencido. Para el equipo de investigación, haber incluido esta discusión y explicación alternativa brinda una forma sustancialmente diferente de interpretar lo que estaba (está) sucediendo y cuál podría ser la evolución de esa sintomatología, en términos de estado de salud mental durante la pandemia.