Sophia Cheung tenía 32 años, era de Hong Kong y ganó popularidad en las redes sociales por sus fotografías arriesgadas. Según un estudio, es cinco veces más probable morir intentando sacarse una foto que por un ataque de tiburones.
Sophia Cheung ingresó al mundo de Instagram recién en febrero de este año, pero rápidamente ganó fama por sus fotografías intrépidas en lugares hermosos.
Justamente eso fue lo que intentó hacer el pasado sábado la joven de 32 años, originaria de Hong Kong, cuando viajó con un grupo de amigos al parque Ha Pak Lai.
Cheung y sus amigos, al ver el arroyo Tsing Dai en Tuen Mun, decidieron tomarse unas fotos y eligieron un lugar al borde de una cascada. Al arrimarse al sitio escogido, la joven perdió el equilibrio y cayó alrededor de cuatro metros.
De inmediato, sus acompañantes se comunicaron con los servicios de emergencias, quienes rápidamente llegaron al lugar y la llevaron al hospital, pero llegó sin vida.
En las fotografías de su cuenta de Instagram, Sophía se mostraba en la playa, montañas sinuosas y a menudo compartía fotos de ella colgando de los bordes de los acantilados, así como escalando lugares de difícil acceso.
En su biografia compartió el lema: La vida debería ser divertida, no tonta”. También describía que amaba hacer senderismo, explorar, kayak, realizar actividades al aire libre y que era aficionada a la fotografía.
Su último posteo fue del 9 de julio, donde se mostraba en la playa de Pui O sentada en las olas mientras sostenía una tabla de surf y escribió: Se acercan mejores días. Se llaman: sábado y domingo”.
Cuando sus seguidores se enteraron de la noticia, seres queridos y usuarios anónimos llenaron la publicación con mensajes de despedida.
De acuerdo a un estudio del Journal of Family Medecine and Primary Care, es cinco veces más probable que una persona muera sacándose una selfie que por un ataque de tiburón.
El dato surge del periodo comprendido entre octubre de 2011 y noviembre de 2017, cuando se registraron 259 fallecimientos de personas tomándose fotografías en distintas partes del mundo, mientras que los decesos por ataques de tiburones en el mismo periodo fueron 50. Además, el informe destaca que la tendencia va en aumento.
Y aunque las mujeres sean las que más selfies se toman, son hombres jóvenes, con predisposición a comportamientos de riesgo, los que ocupan tres cuartas partes de las estadísticas mortales. Mueren en choques, ahogamientos, caídas o accidentes con armas de fuego.
Es tal la incidencia de este tipos de accidente que India estableció «zonas libre de selfies» en su territorio, dieciséis de ellas en Bombay.
Rusia, en tanto, sumó 16 muertes en el mismo período. En busca de la selfie perfecta, ciudadanos rusos murieron al caer de puentes, edificios altos o disparándose a sí mismos tanto que, en 2015, la policía rusa publicó un guía de selfies sin peligro”, en la que advertía a la población que una selfie llamativa puede costarte la vida”.
En los Estados Unidos, con 14 muertos en los años revisados por la publicación, se registraron la mayor parte de las selfies mortales por accidentes con armas de fuego. El parque nacional del Gran Cañón del Colorado también fue escenario de tragedias con turistas que cayeron al vacío al tratar de autorretratarse.